Los grupos parlamentarios de la oposición se dieron el gusto de ponerle deberes al consejero de Hacienda, Andrés Carrillo, que salió de la Asamblea Regional con el encargo de rehacer sus cuentas y llevar la próxima semana una propuesta de techo de gasto diferente. A la hora de empezar el pleno aún faltaban en el salón de sesiones el diputado del PP Fernando López Miras y el portavoz de Podemos, Óscar Urraburu, lo que alentó las especulaciones sobre el posible pacto con esta formación que el Gobierno había adelantado la víspera, pero la incónita no tardó en despejarse, cuando ambos aparecieron junto a la diputados de Podemos María Ángeles García.

La tensión mantenía a los diputados del PP algo ajenos a lo que ocurría en la sala, lo que obligó a la presidenta de la Asamblea, Rosa Peñalver, a reconvenirles por su falta de atención, dado que antes de nada había que aprobar la inclusión del techo de gasto en el orden del día de la sesión, pero los populares no acababan de votar. La presidenta también tuvo que dar algún toque al consejero para que no consumiera más tiempo del que tenía asignado cuando defendía su techo de gasto, que viene a ser como el esqueleto de las cuentas del año próximo. Andrés Carrillo recordaba que en otras comunidades los gobiernos pueden superar este trámite sin necesidad de obtener la aprobación de sus respectivos parlamentos, pero en Murcia se decidió establecer esta fórmula, que tantos quebraderos de cabeza le está dando. Seguramente, en los tiempos de la mayoría absoluta resultaba impensable que un Gobierno del PP llegara a verse contra las cuerdas porque la oposición no le aprueba las cuentas que el ministerio de Hacienda le permite presentar, porque tienen que ajustarse a unos ingresos previsibles. La paradoja es que el ministro, Cristóbal Montoro, sí deja que Murcia se salte después el techo de déficit y gaste más de lo que tenía permitido, porque sabe perfectamente que la Región no recibe ingresos suficientes.

También tuvo que llamar la atención varias veces al diputado del PP Fernando López Miras, al que llegó a retirar la autorización para hablar, mientras soltaba su retahíla de desastres a los que se vería abocada la Región sin el techo de gasto.

A los portavoces de los demás grupos les pareció «un chantaje» la presión de López Miras.

El diputado de Ciudadanos Miguel Ángel López-Morell le recordó que el voto de su grupo estaba motivado por «la actitud caciquil de la alcaldesa de Torre Pacheco», Fina Marín, y le explicó que contratar a una interventora de manera irregular es mucho más que un despiste. «Hace falta mucha lejía contra la corrupción» recomendó el parlamentario de Ciudadanos, ante la aparición de los nuevos imputados. Lacónico, apuntó después que la situación se parece mucho a «la atracción del tiro al blanco de la feria, en la que se dispara a los patos que van saliendo». También el diputado de Podemos Antonio Urbina le recriminó al consejero y a López Miras «sus amenazas apocalípticas». Para el secretario general del PSOE y portavoz socialista, Rafael González Tovar, los augurios del parlamentario popular parecían un vaticinio de «las siete plaga de Egipto».