La ley de la titularidad compartida, que permite a las mujeres ser copropietarias de las explotaciones agrarias junto con sus maridos, ha cumplido cuatro años. Sin embargo, en este tiempo en la Región de Murcia, sólo una mujer se ha dado de alta como copropietaria.

La presidenta de la asociación 'Agua y Tierra' de la mujer rural, Loli Díaz, explicó que «son cifras lamentables» y lo achacan «a la falta de conocimiento de la norma, porque tampoco en España la cifra es importante: sólo se han dado de alta en este tiempo 56».

Esta asociación rural, integrada en la organización agraria Coag, tiene entre sus filas a dos mil mujeres, y según Díaz, «el hombre sigue siendo el titular de todo, no sólo de la tierra; queda mucho camino por andar».

La adscripción a la figura de titular por un único miembro produce de hecho una desigualdad cuando la actividad se realiza en pareja, ya que de cara a la sociedad únicamente uno de ellos es el responsable y representante legal de la actividad. Generalmente, el titular es el hombre mientras que la mujer pasa a denominarse 'ayuda familiar'. La intención de la Ley era cambiar este hecho, ya que la figura de la titularidad única dificulta la plena igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito agrario y rural, según se reconoce en el ministerio de Agricultura.

Otro aspecto de la realidad del campo, apuntó Díaz, es que, además del trabajo en la finca y en las tareas domésticas, se ocupan de las gestiones administrativas de la finca: «Participamos en las tareas del campo, pero además, casi con exclusividad, realizamos las gestiones 'de oficina', como presentar los papeles para solicitar una ayuda o ir al banco, por ejemplo».

Tras haber celebrado un año más el Día Internacional de la Mujer Rural, el pasado jueves día 15, la presidenta de 'Agua y Tierra', mostró su rechazo al hecho de que «aún se nos cuestiona como agricultoras».

«La gente no se cree que yo, como mujer, pueda dedicarme a todas las tareas del campo sola, como labrar, plantar, fumigar, usar la maquinaria...», dijo, añadiendo que ella tenía fincas con viñed0s y almendros y que cada campaña se ocupaba de principio a fin de todas las tareas necesarias para sacar adelante la cosecha.