Si la cena del jueves en Ceutí en solidaridad con García Baños y otros cuatro militantes socialistas de la agrupación de Espinardo se hubiera celebrado hace 25 años hubiera acaparado las portadas de los periódicos y abierto los informativos de radios y televisiones.

Por aquel entonces los socialistas murcianos eran el partido dominante en la Región y muchos de los asistentes las auténticas fuerzas vivas de la formación. Carlos Collado presidía el Gobierno Regional, José Méndez, alcalde de Murcia; Pedro Muñoz Ballesta, de Mazarrón; Pedro Abellán, de Cehegín; Silvino Jiménez, de Alguazas; Manuel Hurtado, de Ceutí; y Pedro Manuel Toledo, de Alcantarilla. Había diputados y senadores nacionales, como Enrique Amat y el propio Hurtado; diputados regionales, concejales, directores generales. Los 'colladistas' entonces controlaban la dirección del partido en coalición con los 'jumistas', mientras que los 'enanos' de Amat, Hurtado y Silvino Jiménez eran una corriente interna fuerte y organizada. Amat y Silvino Jiménez, curiosamente, tuvieron una participación muy activa en la caída de Carlos Collado.

El pasado jueves, 25 años después, junto a aquellas históricas fuerzas vivas, estaban el actual alcalde de Alguazas, Blas Ruipérez, el secretario general de la agrupación socialista de Ceutí, Ángel Lozano, y los concejales de esta corporación, socialistas de nuevas tendencias como el exconcejal de Cartagena Juan Luis Martínez, representantes de Mazarrón, Cieza o Librilla y el caravaqueño José María Marín, ahora en Podemos. En total, más de 150 personas y muchos que se habían «solidarizado» o que no habían podido asistir. «Y hay gente que no ha venido por miedo a las represalias», comentaban los organizadores. «Roberto al final no viene», en referencia al ex alcalde de Beniel.

«No sé qué hacemos ya nosotros aquí», bromeaban los dos más históricos. «Haciendo solidaridad y compañerismo», terciaba el exalcalde de Cehegín y exdiputado regional, Pedro Abellán. Pero en todos los congregados había un elemento en común: luchar contra el dirigismo de la actual ejecutiva regional de Rafael González Tovar y luchar por tiempos mejores. La decisión de suspender de militancia a un histórico como García Baños, afiliado desde 1976, varios años concejal de Murcia y exsecretario general de Espinardo, por unos comentarios en las redes sociales contrarios al cambio de candidato a la alcaldía de Murcia, Pedro López, ganador de las primarias, había sido la gota que colmaba el vaso contra González Tovar y los resultados electorales en los últimos años en la Región.

«La dirección socialista va por el camino erróneo y de derrota en derrota», señaló José Méndez en el cierre del acto. La intervención de Méndez no estaba prevista en el guión. Lo hizo a petición personal de García Baños. «Si he venido ha sido para defender a un compañero de una injusticia. El Partido Socialista no es una secta religiosa con un grupo de amigos y parientes como dirigentes. Son gente mediocre. A ver si también me abren expediente por mis palabras».

García Baños, contra Tovar

García Baños fue el más duro contra la actual dirección regional, y también el más aplaudido. «Rafael es un hombre rencoroso, y sé de lo que hablo. Es incapaz de juntar un grupo de la calidad humana que hay hoy aquí. Estamos el doble de miembros de los que asistieron al último Comité Regional».

El exmilitante socialista defendió su comportamiento y su opinión de que el PSOE con Pedro López hubiera obtenido bastantes más concejales en el ayuntamieno de Murcia. Su expediente, al igual que el abierto a sus cuatro compañeros, fue para García Baños un ejemplo de abuso de poder, de «altanería y de falta de ética». «No se puede reprobar a gente intachable. Estos van a salvar a la sagrada familia, pero no al partido», aseguró.

Pedro López fue calificado por la portavoz del grupo municipal socialista de Ceutí, como el «candidato idóneo» para hacer el discurso central del acto. Y se centró en la defensa de la ideología socialista, incluso con una llamada a la rebelión interna. Y se refirió a su intervención en el reciente Comité Regional. «La actual dirección no tiene una posición política reconocible, con graves problemas a nivel orgánico. No se puede mantener un prietas las filas, confundiendo unidad con uniformidad, y permitir que Ciudadanos marque la agenda política de la oposición, sin preocuparnos de problemas como el paro, la pobreza, la corrupción o la brecha social».

El candidato, declarado no idóneo para la alcaldía de Murcia a pesar de ganar ámpliamente las primarias, aseguró encontrarse bien en lo personal y con muchas ganas de cambiar las cosas. «Tenemos que hacer una rebelión en el interior del partido, recurriendo a los viejos principios, con un partido más abierto y participativo. Para progresar no hay que hacer la pelota a la dirección, sino hacer cosas que preocupan a los ciudadanos, porque los populares nos han dejado la Región como un solar».

Abogó por la vuelta de los que se habían dado de baja o ido a otras iniciativas socialistas para «trabajar por un futuro mejor». Y cerró pidiendo esa rebelión interna para lograr esos tiempos mejores para los socialistas y para los ciudadanos. Unos tiempos que para la mayoría de los asistentes a la cena del jueves en Ceutí, los históricos de las fuerzas vivas de hace 25 años, les vendrá algo a destiempo.

Y las elecciones generales, la primera gran cita para todas las fuerzas políticas, está a poco más de dos meses.