Pedro Díaz (Fuente Álamo,1959), que es el presidente de la patronal del transporte FROET, sustituyó el pasado mes de julio a Miguel Lloret en la presidencia de Undemur.

¿Qué función cree que debe tener Undemur en este momento?

Es una herramienta muy válida, que en esta nueva etapa tratamos de consolidar para conseguir que sea útil para la pequeña y la mediana empresa. Todos sabemos que el gran tejido empresarial de la Región está compuesto por la mediana y pequeña empresa y Undemur es muy válida para ellas y también para los emprendedores y para la gente que quiere empezar un negocio.

¿Es cierto que el acceso al crédito ha mejorado y que las empresas tienen más facilidades?

Los bancos dicen que tienen mucho dinero, pero el problema ahora no está en el dinero, sino en las garantías que piden las entidades financieras para conceder los créditos. Eso les importa más que la cantidad que pueda pedírseles. Por eso, Undemur en esta nueva etapa va a ser más necesaria.

¿Como el eslabón que permita a las empresas aportar las garantías que les piden los bancos?

Puede ser la vía para conseguir esas garantías. Está claro que Undemur también tendrá que ver los estudios sobre la situación de las empresas y valorarlos. Undemur no puede arriesgar más de lo normal. Su buena gestión es lo que le ha permitido sobrevivir a la crisis y no puede llegar a un nivel de morosidad o de fallidos que la pongan en riesgo. Si cualquier entidad bancaria o financiera viera que Undemur no tiene los cimientos sólidos, tampoco aceptarían nuestros avales. Con lo cual, si Undemur pierde su fiabilidad, no podría dar tampoco nada. Eso supone que habrá que mantener la cautela necesaria.

¿Han cambiado las pautas establecidas por el Banco de España para la concesión de avales?

Ha habido cambios. Empresas que estén en concurso deben pasar a fallidos. El Banco de España está conectado directamente al sistema informático de Undemur y le aplica los mismos criterios que a cualquier entidad financiera, que, además, supera con nota. No ha habido nunca ningún problema ni ninguna salvedad. Después de todo lo que ha pasado, ahora los controles son casi excesivos, están en todo y a todas horas. Eso llega a paralizar a veces el trabajo de cada día.

¿Qué lección cree que habría que sacar de lo que ha ocurrido?

Creo que hay dos cosas muy sencillas: la honradez y la responsabilidad. A estos puestos no se llega con una pistola, llegamos porque queremos. Entonces se trata de dar lo mejor que puedas durante el tiempo que estés y, cuando ya no seas capaz de hacer eso, hay que dejar paso a otra gente. Si quieres estar, estás, pero no se puede venir a aprovecharse. Cuando no tienes nada que esconder puedes hablar más claro. Cuando no tienes nada que ocultar, si te equivocas, puedes reconocerlo y decir: 'me he equivocado'. No pasa nada. Aquí tengo la plena confianza de que nadie va a hacer que me pueda ver en un compromiso. Podremos equivocarnos y cometer algún error, pero nunca hacerlo mal. Todo el consejo está implicado y, si no somos capaces de cumplir, no vamos a esperar a que pase la legislatura, porque no estamos aquí guardando la silla. Si no somos capaces de hacer algo, el primero que se va soy yo.

¿Con qué perspectivas asume la presidencia en esta situación?

En esta nueva etapa la situación ha cambiado radicalmente de la mano del Banco de España, que es el que ha creado el Código de Buen Gobierno de aplicación en las sociedades de garantía recíproca. Ha cambiado el consejo de administración, que ha pasado de 25 personas a un máximo de 15 miembros. También va a cambiar el director general, con el nombramiento de Luis Martínez de Salas, que se va a incorporar el día 15, aunque Ángel Frutos va a estar hasta el día 30 para facilitar el traspaso de poderes. Martínez de Salas es una persona que fue elegida por total unanimidad de la comisión de nombramientos y ratificado después por el consejo. Podemos decir que encaja totalmente en el puesto, porque ha sido consejero y conoce la casa. Además, es economista y auditor y tiene el perfil de persona preparada y totalmente capaz de gestionar.

La cúpula de la sociedad se ha renovado por completo.

Además de iniciar una etapa nueva, se ha renovado el consejo y ha entrado gente muy joven. La media de edad puede estar en torno a los 45 años, y eso supone que es gente joven, con muchas ganas, que quiere que Undemur sea una referencia y vuelva a estar donde estuvo antes de la crisis.

¿Qué piensa hacer para conseguirlo?

Necesitamos que la Administración apueste por esta herramienta, que entienda que Undemur es necesaria para ese tejido empresarial, que la Administración cuente con este instrumento y con la gente tan preparada que está trabajando aquí. Podría ser una buena herramienta para ayudar a la economía de la Región, pero significa que tiene que tener utensilios para salir a la calle. Si la Administración y las entidades financieras no proporcionan esas herramientas, no podrá competir. Creo que la labor de este consejo debe ser conseguir armas para lograr que esta casa pueda funcionar. Ha demostrado que está muy bien gestionada y que se está haciendo muy bien. Es una de las sociedades de garantía recíproca más sólidas del ámbito nacional y eso dice mucho en su favor. Hay que darle armas para salir a la calle a ofrecer un producto.

¿Van a salir a la calle?

Nosotros no queremos ser competencia de ninguna entidad financiera. No es el lema de esta casa. Lo que sí queremos es darla a conocer. Que todo el mundo sepa que existe, que está y que pueda utilizar este recurso. Otra labor de este consejo será dar a conocer la sociedad de garantía recíproca a quien la pueda necesitar.