Eliminar y controlar las especies exóticas invasoras, especialmente la caña Arundo donax, en 55 kilómetros de la ribera del río Segura a su paso por los municipios de Moratalla, Calasparra y Cieza, es el objetivo de un proyecto integrado en el programa europeo LIFE+ Ripisilvanatura, que ha sacado a licitación la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), por algo más de 860.000 euros.

El proyecto de ingeniería ecológica también contempla la restauración de los hábitats riparios autóctonos. «Muchas de las actuaciones llevadas a cabo hasta ahora para la eliminación de esta especie de caña invasora se han mostrado ineficaces», explicaron desde la Confederación, añadiendo que «cortarla anualmente, por ejemplo, no sirve sino para reforzar su crecimiento. Es por eso que se están buscando estrategias alternativas y que son más satisfactorias».

Entre los objetivos del proyecto salido a licitación figuran la eliminación de forma progresiva las especies exóticas invasoras no arbóreas, fundamentalmente la caña. Para ellos se pretende fomentar la competencia directa entre las especies y la vegetación autóctona de ribera, contribuyendo a la fragmentación y aislamiento de masas de los ejemplares exóticos existentes.

Además, se pretende consolidar los hábitats riparios autóctonos y restaurar la ripisilva (o bosque de ribera), permitiendo la recuperación natural del equilibrio y las funciones del ecosistema ribereño, según indica el organismo de cuenca.

También se quiere devolver al río y sus riberas su papel «como corredor ecológico» y, por último, «alcanzar el buen estado ecológico del río y sus riberas, cumpliendo con ello con las exigencias de la Directiva europea Marco del Agua».

Por tramos

La Confederación ha delimitado 53 tramos independientes en los que se llevarán a cabo los trabajos. Estas actuaciones serán individualizadas en cada una de estas teselas, en función de las particulares características de cada una de ellas.

En lo que respecta a la caña, se harán desbroces manuales o mecanizados en función de la existencia en la zona especies autóctonas que puedan ser dañadas por las máquinas. Posteriormente al corte, se realizará la plantación con especies autóctonas con el objetivo de conservar y recuperar los hábitats riparios autóctonos.

«Para favorecer el desarrollo de la plantación y que compita con la caña invasora, se hará un control intensivo, con desbroces cada tres semanas, para que la caña no crezca más de 50 centímetros y pueda ser arrancada con facilidad», apuntan desde la CHS. Se estima que se necesitarán seis meses para la eliminación definitiva del cañaveral. Posteriormente, se harán desbroces cuatrimestrales en los cuatro años posteriores para seguir controlándolo.