Un equipo internacional con la participación de investigadores de la Universidad de Murcia encabezado por José Sebastián Carrión, paleoecólogo y Catedrático de Evolución Vegetal en la UMU, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y otras universidades españolas y extranjeras, ha conseguido demostrar la existencia de contaminación prehistórica por metales pesados en el ambiente de cuevas arqueológicas.

Los sedimentos arqueológicos, analizados desde un punto de vista geoquímico, constatan la existencia de niveles de paleocontaminación, «lo que supone un orgullo y una gran satisfacción» para la comunidad universitaria.

Los científicos han analizado los sedimentos procedentes de cinco importantes yacimientos de la prehistoria peninsular, como Gran Dolina en Atapuerca, Gorham's y Vanguard en Gibraltar y El Pirulejo en Málaga.

En Gran Dolina se han hallado niveles de paleocontaminación asociados a depósitos de guano datados en unos 450.000 años de antigüedad. Mientras que en los yacimientos neandertales gibraltareños (Gorham's, Vanguard), así como en El Pirulejo, los estratos palecontaminados se asocian con actividades de los ocupantes de las cuevas antrópicas.

En Gorham's y Vanguard, la paleocontaminación se relaciona con el uso de hogares neandertales, ya que se localizan en niveles de cultura musteriense (Paleolítico Medio), mientras que en El Pirulejo, con una cronología más moderna (Paleolítico Superior) se relacionan con la manipulación de la galena, un mineral rico en plomo, por parte del hombre prehistórico, ya fuera para rituales de enterramientos o actividades metalúrgicas.

El estudio, publicado en la revista Scientific Reports del grupo Nature, destaca que en Gorham's Cave los niveles cumplirían hoy con los estándares de 'suelo contaminado' por metales pesados. Y «no es difícil pensar en las implicaciones negativas para la salud» de sus habitantes, que pudieran haber provocado la extinción de los neandertales en el sur de la Península.