Que el agua es el oro azul, es un hecho, sobre todo en la Región de Murcia, donde a cada gota que cae se logra sacar el máximo partido posible, reutilizándola varias veces.

Las últimas lluvias de la semana pasada han permitido a los agricultores, además de dar un respiro a las secas tierras, ahorrar un riego, que en cifras ha supuesto un mínimo de 7 hectómetros cúbicos de agua.

Traducido a euros, y teniendo en cuenta que los regantes pagan una media de 15 céntimos de euros por cada metro cúbico, este riego celestial ha dejado en sus arcas más de un millón de euros.

«Es como si nos hubiera tocado la lotería», comentan los agricultores.

En el Campo de Cartagena, la comunidad de regantes más grande del Trasvase Tajo-Segura, con 32.800 hectáreas, se han ahorrado la tanda de una semana, es decir, unos 3 hectómetros cúbicos de agua. Eso supone 450.000 euros.

«Después de las duras condiciones en las que hemos estado, con una sequía durísima y altas temperaturas, nos ha venido muy bien», apuntó el presidente de la comunidad cartagenera, Francisco Sáez. Además, subrayó que habían sido una lluvia 'recalaera', que incluso había permitido a los dueños de las pequeñas balsas al pie de los invernaderos llenarse.

«Aquí se aprovecha todo, hasta el agua del rocío, porque los agricultores tienen canalizaciones hacia estas balsas», explicó.

Sáez concluyó destacando que «ha sido un respiro de cara a lo que se nos viene encima, porque que nadie piense que aquí se ha acabado la sequía».

En la comunidad de regantes de Lorca y el Valle del Guadalentín también se han ahorrado 'un pico' con las tormentas pasadas que, pese a ser en algunos momentos intensas, no han provocado ningún daño en los cultivos.

Su presidente, Julián Marín, calculó que habían dejado de repartir en torno a los 3 hectómetros cúbicos, es decir, otros 450.000 euros, aunque el pasado viernes «ya ha habido algunos agricultores que han tenido que regar, sobre todo las plantaciones de hortalizas».

«En Lorca estas lluvias llegaron en un momento crítico, cuando más lo necesitábamos», señaló Marín, que preside una comunidad que tiene alrededor de 22.000 hectáreas en producción. El hecho de que hayan descendido las temperaturas «también ayuda y hace que el agua dure más».

Uno de los aspectos que más han destacado los agricultores ha sido el hecho de que las tormentas dejaron agua en todas las zonas regables, aunque de manera desigual. En la vega Media, los regantes pudieron cerrar sus goteros o bajar los tablachos durante una semana. «En esta zona hay sobre todo árboles frutales y cítricos», explicó el presidente de la comunidad de Regantes de Campotéjar, Julio Zapata, quien calculó que el ahorro había sido de unos 300.ooo metros cúbicos, 45.000 euros. Esta comunidad tiene 4.000 hectáreas.

Las precipitaciones visitaron también la vega Alta, y, en concreto, en la comunidad de regantes de Calasparra los agricultores pudieron salvar un riego en sus 3.000 hectáreas. Su presidente, Miguel Martínez, explicó que en euros se han evitado gastar unos 45.000 euros. «Dado que en esta Región sí pagamos el agua, ha sido una ayuda», concluyó.