Una casa en Los Narejos, un dúplex en Sucina, un apartamento en El Palmar, una gran casa en Corvera, un piso en Murcia o una buhardilla en Santo Ángel. Todos estos inmuebles tienen algo en común: sus dueños han decidido ser anfitriones a través de una web de alquileres vacacionales, en la que los propietarios pueden ofrecer casas completas o habitaciones en sus propios hogares a los inquilinos.

En la Región de Murcia el tirón del BlaBlaCar (uso compartido de coche) también ha llegado a las viviendas y ya hay más de mil murcianos que se decantan por ofrecer sus casas a precios asequibles en la web www.airbnb.es, logrando que los huéspedes se sientan como en casa. Se acabaron las frías habitaciones de hotel, el minibar o el servicio de plancha.

La nueva moda para poder disfrutar de una escapada de fin de semana o unas vacaciones de larga estancia por todo el mundo es la de alquilar a través de este tipo de webs. Airbnb es una compañía líder en el movimiento de consumo colaborativo y conecta a la gente en una nueva economía de intercambio y generando una forma de viajar. La economía global de intercambio conecta a gente de todo el mundo, al mismo tiempo que dinamiza los barrios y ofrecen otra óptica a los visitantes. Asimismo, los viajeros viven experiencias más auténticas conectando con las ciudades de forma diferente, según explican desde la propia compañía.

En la Región son cada vez más las personas que se animan a ser anfitrión y ofrecer sus casas. La mayoría de ellos se decantan por esta modalidad para generar unos ingresos extras, pero, después de un tiempo, se dan cuenta de las grandes posibilidades de conocer a gente de otras partes del mundo, enriqueciendo su conocimiento cultural e, incluso, llegando a perfeccionar idiomas que no dominan. Gema tiene 55 años, es funcionaria del Estado y vive en una casa en la pedanía murciana de Santo Ángel. Es anfitriona en Airbnb desde hace algo más de un año y su balance es muy positivo.

Ofrece la buhardilla de su casa, que cuenta con baño propio. La idea de compartir su hogar surgió a la hora de «obtener un complemento económico para los gastos de la casa», aunque en su caso también influyó que «la casa se queda grande cuando los hijos se van y, si está en buenas condiciones y hay habitaciones con puertas cerradas, ¿por qué no alquilarlas?», comenta Gema. En un principio optó por alquilar la buhardilla a través de una inmobiliaria en Internet, pero una mala experiencia le llevó hasta Airbnb. «Siempre hay un porcentaje mínimo en la población de personas raras e inestables y ese me tocó a mí», explica esta vecina de Santo Ángel, quien, a pesar de esto, está satisfecha con los huéspedes que ha tenido en casa desde que se convirtió en anfitriona a través de Airbnb. Además, «es otra manera de conocer gente y es algo muy enriquecedor».

La primera persona que alojó fue «un señor húngaro que trabajaba como comercial y había venido a la Región para abrir canales de distribución de la empresa de tapicerías que representaba y al final se quedó cinco meses», recuerda Gema, quien mantiene que fue «una experiencia buena y estuve muy a gusto». Pero lo normal en el caso de esta web son estancias cortas, por ello, por casa de Gema ya han pasado una pareja de Londres y una mujer con su hija y su madre que «vinieron a Murcia unos cuantos días».

Pero, además de la experiencia, ¿qué tiene de positivo esta modalidad de alquiler vacacional?. Según explica a LA OPINIÓN Gema, con Airbnb «tienes más garantías de que las personas que llegan a tu casa van a estar de paso, ya que el concepto del uso de la vivienda es como el de un hotel». Asimismo, destaca la tranquilidad de saber que «siempre vas a cobrar, ya que quien te paga es la web».

Para formar parte de la comunidad Airbnb como anfitrión y generar ingresos es sencillo. Sólo es necesario registrarse en la página web y añadir qué espacio extra de la casa se quiere utilizar. Airbnb ofrece incluso un fotógrafo gratuito para hacer fotos del lugar y que queden perfectas en la página web y ofrece a sus anfitriones un seguro de hasta 35.000 euros para cubrir problemas eventuales, según fuentes de la compañía americana.