Las carreras, los gritos, las risas y los juegos volvieron a verse ayer en los patios de los colegios de seis municipios de la Región, aunque deberían haber sido siete, pero el único centro de Librilla estuvo vacío por una protesta de los padres. Los niños de Abanilla, Albudeite, Campos del Río, Cehegín, Molina de Segura y Murcia han sido los más madrugadores en la vuelta a las aulas de este año en España y en la Región, que por primera vez ha tenido un inicio del curso escalonado a lo largo de toda la semana, en función de la decisión que haya tomado cada consejo escolar municipal. Ayer estaban citados con el nuevo curso más de 57.000 escolares que volvieron a cargarse las mochilas de ilusión, nervios, algría, y algún que otro disgusto por el madrugón y tener que volver a las obligaciones.

Donde la alegría se multiplicó por cuatro fue en el colegio Escuelas Nuevas de El Palmar, en Murcia. Por cuatro porque cuatro son los años que los alumnos llevaban desplazados en diferentes centros de la pedanía desde que en el verano de 2011 Educación decidió cerrarlo porque los técnicos consideraron que estaba en un estado ruinoso. Muchos padres no pudieron evitar emocionarse al ver que sus hijos, al fin, empezaban un curso escolar en un centro en condiciones. «Hemos tenido que luchar mucho, que gritar mucho y hasta el último momento hemos tenido el susto en el cuerpo porque pensábamos que no empezaríamos el curso aquí, pero ya está. Ha merecido la pena», recordaba visiblemente emocionada Alicia Saura, madre de tres niños que estudian en el colegio y que ayer, ni corta ni perezosa, llevó consigo el gran tambor que utilizaba para gritar en las manifestaciones. Ella tocaba y el resto de padres y madres aplaudía mientras otros padres lanzaban confeti y serpentinas. «Tenemos un colegio, tenemos un colegio», corearon todos los presentes, que con un gran aplauso cerraron su particular acto de inauguración improvisado.

«Estrenamos colegio gracias al esfuerzo de mucha gente y hemos tenido que luchar mucho, pero esta es la prueba de que cuando un colectivo se une se pueden conseguir cosas», sostenía Francisco Maeso, presidente del AMPA, que también estaba entre los emocionados y a la vez indignados, porque «es lamentable que haya que hacer tanto ruido para conseguir algo tan esencial como un colegio».

El de ayer fue, sin duda, un día especial para todos. Los padres se agrupaban para comentar cómo había quedado el nuevo colegio y los niños jubagan y se abrazaban, buscando de un lado a otro su fila y a sus amigos. Claro que algunos volvieron con más ilusión que otros. Como Desiré, que debía ser ayer una de las más contentas de volver porque sorprendió a su madre con un despertar muy activo: «Se ha despertado, se ha hecho sola el desayuno y se ha preparado hasta el almuerzo», explicaba María Isabel, la madre orgullosa de esta niña de siete años que en la fila no se despegaba de sus amigas.

La consejera de Educación, María Isabel Sánchez Mora, acompañada de buena parte de su equipo, incluidos los arquitectos que han estado al frente del proyecto, estuvo ayer también en Escuelas Nuevas, muy satisfecha porque el estreno de las nuevas instalaciones pudiera hacerse coincidiendo con el primer día de clase porque, explicó, «se ha hecho gracias al esfuerzo de la empresa que tenía un mes y medio más de tiempo para poder acabar la obra y lo ha adelantado». Sobre el inicio del curso, Sánchez destacó la normalidad generalizada.

No opina lo mismo el sindicato Anpe, que lamentó «el caótico» inicio de curso y denunció «la falta de profesorado en los centros murcianos». Según explicó, «nos faltan unos 820 profesores en nuestras aulas que no se han incorporado a tiempo del inicio de curso sino que se van a incorporar, como muy pronto, mañana -por hoy-», remarcó el sindicato, que añadió que todavía faltarán otros 400 profesores sustitutos para cubrir bajas por enfermedad, que no se sustituyen hasta pasados diez días. Todo esto, según Anpe «genera un gran caos organizativo», indicó en un comunicado de prensa.