Las zonas afectadas por los incendios ocurridos a primeros de agosto en el Cañón de Almadenes y las sierras del Almorchón y Almirez tardarán diez años en recuperarse. La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha presentado este lunes los tres planes de recuperación de las zonas afectadas por los incendios de este verano en el Cañón de Almadenes y las sierras del Almorchón y de Almírez, que supondrán una inversión de 3,3 millones de euros hasta 2024, un plazo en el que se prevé recuperar la funcionalidad ecológica de estas áreas.

Cabe recordar que los tres incendios afectaron a un total de 534,14 hectáreas de terreno, 258 de ellas en el cañón de Almadenes, en el municipio de Cieza, 226 en la sierra de Almírez, en Lorca, y 50 en la sierra del Almorchón, entre Cieza y Calasparra. De ellas, había 293,05 hectáreas de monte público y 238,09 de monte particular, según ha hecho saber en rueda de prensa la consejera del ramo, Adela Martínez-Cachá.

La consejera, que ha comparecido acompañada del director general de Desarrollo Rural y Forestal, Federico García, y del subdirector general de Desarrollo Rural y Forestal, Juan de Dios Cabezas, ha señalado que, una vez evaluadas las repercusiones de los incendios con "rigurosidad técnica", se pondrán en marcha estos planes de recuperación con el fin de paliar la sensación de "duelo y pérdida" de la población y que, en un tiempo, pase a ser "el recuerdo malo de una noche de verano".

En concreto, cada área incendiada se ha dotado de un plan individualizado con una planificación temporal de 10 años para su desarrollo completo, "tiempo suficiente para reiniciar de nuevo la funcionalidad ecológica de estas áreas forestales afectadas por el fuego", aunque no para completar la recuperación, según Cabezas.

"En diez años no da tiempo a que se complete la recuperación, pero sí que da pistas de cómo evoluciona", según el subdirector general, quien destaca que lo importante es contar con la hoja de ruta. "La naturaleza es sabia y se recupera por sí sola, pero hay que ayudarla", subraya Cabezas, quien explica que la clave del éxito de los planes va a radicar en las demandas de la sociedad, que serán estudiadas por la Consejería.

Al ser preguntado por la posibilidad de que se pueda cambiar el uso del terreno afectado por los incendios, tal y como contempla la última Ley de Montes, Cabezas ha descartado que se contemple esta excepcionalidad "ni por asomo", ya que se trata de terrenos protegidos.

La consejera ha destacado que la inversión total de los planes es de más de 3,3 millones de euros, de los que 1.102.248 se destinarán a la restauración del entorno del Cañón de Almadenes, 450.290 a la recuperación de la zona incendiada del Almorchón y 1.805.154 euros para la Sierra del Almirez.

En este sentido, la consejera ha avanzado que los fondos previsto saldrán de las arcas de la Comunidad Autónoma, pero tiene prevista una reunión este martes con el secretario general del Ministerio de Agricultura, Agua y Medio Ambiente, a quien propondrá que el Gobierno central se sume a las labores de recuperación a partir de 2016.

La titular de Agricultura ha indicado que, "al tratarse del patrimonio natural de la Región, con carácter inmediato, durante este año vamos a destinar 883.000 euros a las acciones de regeneración". De ellos, 298.208 euros recaerán en el entorno del Cañón de Almadenes, 84.090 en la Sierra del Almorchón y 500.702 euros en la Sierra del Almirez. De hecho, las partidas presupuestarias del año 2015 ya están preparadas y los proyectos se están redactando para ser adjudicados.

Martínez-Cachá ha hecho hincapié en que "es la primera vez que se responde con tanta celeridad, ya que aún no ha pasado un mes desde que tuvieran lugar los devastadores incendios y vamos a comenzar a actuar ya".

Así, para abordar los planes se han definido previamente unos "objetivos rigurosos y específicos" para cada área incendiada, que se alcanzarán mediante acciones de ejecución de labores de restauración en el monte. Los objetivos se han planteado de acuerdo con las características y valores ambientales de cada área incendiada, que tienen en común su alta biodiversidad.

En concreto, se han visto afectadas la Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) de la Sierra del Molino, embalse del Quípar y Llanos del Cagitán en el incendio del entorno de Almadenes y la Sierra del Almorchón; la Zona de Especial Conservación (ZEC) de sierras y Vega Alta del Segura y ríos Alhárabe y Moratalla en el incendio de Cañón de Almadenes, así como el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y ZEPA de la Sierra del Gigante en el incendio de la Sierra del Almirez.

En cada uno de los planes se recuperarán suelos arbóreos, estratos de matorral y especies herbáceas, "reconstruyendo el puzle de la biodiversidad vegetal representada en estos hábitats, muchos de ellos de interés comunitario que ocupan un alto porcentaje de la superficie a restaurar". También se llevará a cabo la recuperación de la función de retención de tierra, de infiltración de agua del suelo, de reservorio de nutrientes para especies vegetales o de conservación de carbono orgánico en el suelo.

Las acciones abordadas en cada uno de los planes se enmarcan en cinco bloques: medidas cautelares, de emergencia, de regeneración ecológica, de seguimiento ambiental y de voluntariado y divulgación. Al respecto, la consejera ha avanzado que "a partir de las próximas semanas, y durante los próximos meses, se va a trabajar en las medidas de emergencia".

Así, las primeras actuaciones se centrarán en la adecuación de redes viarias que garanticen el acceso a las zonas de actuación de Almadenes y el Almirez, la ejecución de obras de corrección hidrológico-forestal mediante la construcción de diques y albarradas para evitar daños por procesos erosivos y fenómenos torrenciales en el Almorchón y Almirez, así como la inmediata corta de los árboles quemados en cada una de las áreas de actuación.

Con los restos vegetales resultantes de las talas de árboles calcinados se construirán albarradas biológicas en cauces y fajinas en laderas, que ayudarán al control de la pérdida de suelo y semillas, mejorar la infiltración de agua de lluvia, aportar materia orgánica, reducir la escorrentía superficial o facilitar la regeneración natural. Además, parte de estos restos vegetales se emplearán en la creación de estructuras biológicas para el refugio y nidificación de especies fauna. Asimismo, se preservarán bosquetes sin cortar que servirán de control para el seguimiento biológico y como posadero de aves que, a la vez, facilitarán la dispersión de semilla.

A partir del tercer año se iniciarán los trabajos de regeneración ecológica, consistentes en trabajos de ayuda a la regeneración natural de las masas de pinar (repoblaciones y tratamientos selvícolas) y microintervenciones para la recuperación de la biodiversidad de flora y fauna con actuaciones de mejora de hábitats, refuerzo de especies singulares, y creación de puntos de agua naturales, y se facilitará la disponibilidad de alimento, entre otras acciones.

Martínez-Cachá ha explicado que "todas las acciones definidas en los diferentes planes de recuperación dispondrán de un seguimiento ambiental que cubrirá las áreas de biología, edafología y forestal, lo que permitirá retroalimentar el plan con valiosa información para permitir su desarrollo y comprobar el grado de consecución de los objetivos planteados".

Los planes también contemplan medidas de voluntariado para que participe la sociedad en actividades de siembra o plantación de las zonas incendiadas y el desarrollo actividades de sensibilización. Además, se incluyen actividades de divulgación y elaboración de material explicativo para dar a conocer a la sociedad el esfuerzo invertido en la recuperación de estas áreas.