La Comunidad emplea casi nueve millones de euros en la lucha contra los incendios forestales, una cifra que asciende hasta casi doce millones si se incluyen las partidas de la dirección general de Seguridad Ciudadana y Emergencias. Todos los trabajos contemplados tanto para prever el fuego como para combatirlo se engloban en un único programa: el Plan de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales en la Región de Murcia, también conocido como plan Infomur.

Se trata sólo del 2% del presupuesto total (700 millones) que manejaron en el año pasado todas las regiones autónomas, y cuyos gastos previstos para este año son similares, según la agencia Efe, tras consultar a las consejerías de catorce comunidades. Sin embargo, en la Región de Murcia llama la atención la proporción en que se distribuye el dinero, ya que la Comunidad invierte tres veces más en las labores de extinción de los fuegos que en las tareas de prevención, algo que no ocurre en otras zonas del resto del país.

En concreto, la consejería murciana de Medio Ambiente gasta 6.142.159 euros para apagar las llamas originadas en los bosques, mientras que para prevenir destina 2.473.351 euros, según señalaron fuentes de la Consejería. Esta situación no ocurre en Aragón (16 millones para prevenir y 9,2 para extinguir), Cantabria (5 y 4, respectivamente), Castilla y León (26,7 y 26,6) La Rioja (5,2 y 4,6), Andalucía (101 y 77) y el País Vasco (6,4 y 1,1 en Vizcaya y Guipúzcoa).

No obstante, todas las regiones advierten de que hay distintos modelos para combatir los incendios, lo que se suma a la disparidad de los terrenos (Baleares tiene 223.000 hectáreas por los cuatro millones de Castilla y León). Con todo, Baleares, Canarias, Navarra y Castilla-La Mancha gastan más en sofocar que en prevenir, tal y como sucede en Murcia, aunque en otras proporciones.

"Tenemos un modelo mixto"

  • «Nosotros tenemos un modelo mixto», explica el director general de Emergencias, Manuel Durán, dependiente de la consejería de Presidencia. «A diferencia de otras zonas, que cuentan con sistemas separados, nosotros integramos la coordinación de los bomberos con las brigadas forestales de Medio Ambiente, que dependen de la dirección general de Desarrollo Rural y Forestal (de la consejería de Agricultura). La dirección general de Emergencias envía 3.013.194 euros al plan Infomur, un poco más que en 2014, cuando entonces emplearon 197.235.000 euros para la prevención y 2.8666.605 para sofocar los fuegos en los bosques.

«Estas diferencias entre prevención y extinción no hay que entenderlas como tal», matiza Manuel Durán. «Ambas acaban integrándose, ya que sólo hay unos cuatro meses en los que se llevan a cabo únicamente labores de prevención, que es el periodo del invierno duro, cuando apenas hay riesgo de fuegos forestales. En cambio, el resto del año está operativo el dispositivo de extinción, activo durante las 24 horas, y que se une a las actividades de prevención», explica el director general, quien destaca «el buen trabajo» que se hace en la previsión en la Región. «De hecho, este año no se puede decir que ha habido incendios como consecuencia de un mal estado de los bosques», agrega. «Las causas de la mayoría de ellos han sido rayos y descargas eléctricas, algo que es difícil de anticipar».

Los agentes piden más turnos

El presidente de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de la Región, Alonso Miñano, asegura que «todo es mejorable y siempre se puede hacer más, pero los presupuestos son los que son», aunque elogia «la labor» que hacen desde las brigadas forestales: «Hay una buena red de vigilancia en la Región».

El agente admite que «vendría bien» que se aumentara el personal de las brigadas. «Como hacen en otras comunidades, donde doblan los turnos en las épocas de mayor riesgo de incendios», aunque matiza que el número actual de trabajadores es suficiente para aquellos fuegos que no son graves en la Región. «Sin embargo, cuando el incendio dura más de un día sí se puede decir que estamos cortos de medios humanos».

La Región cuenta en la actualidad con 19 brigadas forestales (BRIFOR), compuestas por siete agentes y un camión dotado de un tanque de 3.000 litros de agua, y de cinco unidades de brigadas de intervención rápida (BIR), en las que trabajan tres personas que se desplazan en un vehículo ligero con 500 litros de agua. El dispositivo se completa con tres helicópteros y un avión, que vigila y coordina, según indicó el propio Miñano. «Pero claro que nos gustaría que se incrementara el presupuesto», zanja el agente forestal.

Los ecologistas piden una ley regional de montes

  • La asociación Ecologistas en Acción de la Región de Murcia considera que la Administración «pone mucho hincapié en las labores de extinción, pero no hace el esfuerzo que debería en la prevención» y reclama «un plan de planificación forestal, así como una ley de montes regional» que contemple una «gestión de la biomasa forestal». «Falta una estrategia clara para marcar una hoja de ruta que identifique y solucione los problemas», argumenta el experto Rubén Vives.
  • Ecologistas en Acción exige una mayor inversión para que la biomasa de la Región «esté controlada», porque «su limpieza contribuye a que aminore el llamado combustible forestal, así como hace que los daños de los incendios sean menores y se facilitan las labores de extinción del fuego», expone Vives. «La biomasa debe ser heterogénea, ya que, en caso contrario, es muy peligrosa, pues la propagación se produce de manera más rápida».
  • Los ecologistas también lamentan las paulatinas desapariciones de la ganadería expansiva (pastoreo de animales), «que sólo se ven en zonas del Noroeste», y de los grandes herbívoros en los montes de la Región. «La función reguladora de la naturaleza queda en manos de la Administración y todo no puede se puede hacer a golpe de talonario», espeta Vives, quien añade que «hay otro factor» que explica la diferencia de la inversión entre prevención y extinción: «Es el componente emocional. Uno puede colgarse una medalla por acabar con un incendio; son héroes.En cambio, en la prevención no hay protagonismo».