Tras una década de trabajo y colaboración entre la Comunidad Autónoma, la organización ecologista ANSE y los agricultores de la zona del Mar Menor, ayer se logró lo impensable: que dos ejemplares de canastera, nacidas y criadas en cautividad pudieran volar libres.

Esta especie avícola se encuentra en peligro de extinción en la Región; de hecho, hace más de diez años se consideró perdida, de ahí que se comenzara el proyecto para recuperarla, recuerda Pedro García, de ANSE.

Este proyecto culminó ayer cuando dos niños, hijos de un agricultor de la zona, liberaron a las dos aves que nacieron en las instalaciones del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle, donde se trasladaron los huevos de tres nidos para evitar su destrucción, ante la necesidad de realizar trabajos agrícolas con maquinaria pesada. Existe un tercer ejemplar que será liberado a finales de este mes de agosto.

«Poco a poco y trabajando con los agricultores de esta zona, hemos conseguido que este año haya habido 50 parejas de canastera anidando en una zona eminentemente agrícola y no protegida», se congratuló García, quien consideró necesario seguir con esta colaboración para eliminar de la lista de especies en peligro a esta peculiar ave migratoria. Ha sido la primer vez que se cría artificialmente a esta especie en la Región.