a suenan de nuevo los tambores de la ´guerra del agua´. Si se creían en el PP que había conseguido un pacto estable con el famoso Memorándum, ya se habrán dado cuenta de que el acuerdo entre gente de su propia sangre de poco o nada va a valer en aquellas comunidades en las que gobierna la oposición.

Lo peor de esta guerra es que se está poniendo peligrosa porque la tenemos cada vez más cerca de casa. En otros momentos la libramos en el valle del Ebro. Entonces el PP acusó a los socialistas, y a todo lo que se opusiera al trasvase del Ebro, de ser antipatriotas. Pero una vez conseguido el poder donde dije digo, digo Diego -que para eso tienen en Murcia una incondicional mayoría de votos- y el ministro Arias Cañete, el que atizó hasta la saciedad al gobierno socialista de Zapatero con el tema del trasvase del Ebro, se pasó por la entrepierna todo lo dicho, aunque él lo llamó de otra forma, y en una legislatura con mayoría absolutísima del PP ni siquiera se ha hecho un borrador de Plan Hidrológico Nacional.

Y no será que no era todo previsible. Cuando el famoso Memorándum elevó la cifra de reserva de los pantanos de cabecera de 240 a 400 hectómetros cúbicos -cosa que ni siquiera el mismísimo Bono se hubieran atrevido a soñar- el grupo municipal de UPyD en el ayuntamiento de Murcia volvió a pedir en abril de 2013 que, con urgencia, se iniciaran los estudios sobre un Plan Hidrológico Nacional. Entonces estaban todavía los pantanos llenos, pero el ciclo de sequía ya lo teníamos encima y estaba cantado que las alarmas se iban a disparar muy pronto. Es decir, que en esta legislatura de Rajoy que se termina, hemos pasado de estar buscando un agua que complemente a la del trasvase para acabar con nuestro déficit hídrico, a poner en tela de juicio el propio Trasvase Tajo-Segura que resulta vital para el desarrollo de la Región. Si es que se puede ir más para atrás en solo cuatro años, que alguien me lo explique.

¡Y de qué se quejan los castellano-manchegos! Pues algunos de vicio, porque lo llevan en su código genético/político; otros porque los embarcaderos de los puertos deportivos montados en los pantanos se les van a quedar inutilizables, lo que perjudica el turismo de interior; y otros también -y con razón- de que el Tajo recibe de los ríos de Madrid todas las aguas residuales sin la adecuada depuración, representando más del 80% del total de vertidos que llegan al río.

Por eso las declaraciones de la consejera de Fomento de Castilla-La Mancha, muy aguerrida, y muy equivocada ella en los niveles trasvasables y en el dinero que pagan los regantes murcianos, no presagian nada bueno para la salud del Trasvase en estos próximos cuatro años que quedan de legislatura autonómica, y precisan de medidas urgentes porque la climatología parece que no va a estar de nuestra parte. Por cierto, se ha echado de menos que nuestro Presidente o la consejera de Agua salieran al quite de los regantes murcianos, y no dejaran solo al presidente del SCRATS.

Otra cosa es el ofrecimiento del presidente del Grupo Socialista de Castilla-La Mancha, Rafael Esteban, para que todos los grupos políticos del Congreso visiten de forma «amigable» su Comunidad para «mostrar la realidad del territorio castellano-manchego». Este ofrecimiento me parece oportuno y necesario para buscar soluciones conjuntas, por eso en UPyD recogeremos el guante en cuanto se nos invite, y ofrecemos nuestra colaboración para buscar soluciones conjuntas, que sabemos que las hay, y que son las únicas que pueden poner final a este sempiterno tema.

El conflicto puede venir cuando, por la cortesía que se debe, le devolvamos la invitación para visitar nuestra Comunidad, y los socialistas castellano-manchegos y cualquier ciudadano de esa comunidad, se paseen por el Puente Viejo y vean que los murcianos, suplicantes de agua, disponen de un rio casi navegable, donde se pueden hacer concursos de deportes náuticos, etc.. Entonces, a lo peor, nos recriminan que para ese fin prefieren guardarse ellos el agua para que pase por Toledo y Talavera que también les hace mucha falta, y entonces la cosa se nos complica. Creo que la CHS está haciendo un flaco favor a los regantes mostrando un río de ricos -en agua- cuando en realidad somos deficitarios. Por eso, si yo fuera el presidente de los regantes, consideraría pedir la dimisión del presidente de la Confederación, y si no me atreviera, por lo menos le retiraría el saludo. Porque la mujer del César además de ser honrada tiene que parecerlo.