­­­­La Obra Social La Caixa a través de sus programas de Cooperación Internacional y de Voluntariado ha desarrollado por noveno año ­­­el proyecto ‘Cooperantes Caixa’. En esta ocasión cuarenta trabajadores de la entidad participarán como voluntarios durante sus vacaciones en Bolivia, Senegal, Ecuador, Perú, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Colombia y Mozambique. En Murcia han sido seleccionadas María Angustias Cabrera y Rosa María Santa Cruz. El objetivo es «mejorar las condiciones de vida de las poblaciones vulnerables que viven en países en vías de desarrollo, así como estimular el voluntariado de La Caixa». Ser cooperantes les permitirá, en un plazo máximo de cuatro semanas, mejorar las condiciones de vida de las poblaciones vulnerables mediante proyectos con ONG locales.

¿Cuándo iniciarán el viaje?

María Angustias Cabrera: Yoestaré en Perú del 28 de agosto al 24 de septiembre. Allí, a través de la caja municipal de Paita, participaré en un proyecto de apoyo a la población para su reinserción en el circuito financiero local.

Rosa María Santa Cruz: Yo, del 10 de octubre al 10 de noviembre estaré en El Salvador para participar con la ONG Ecosol y fortalecer la capacidad de generar ingresos.

En esta iniciativa participan más españoles, ¿mantienen contacto con ellos?

R. M. Sí, vamos trabajadores de La Caixa de toda España, hemos establecido contacto con los demás y nos han contado sus experiencias . Muchos de ellos, al igual que nosotros, es la primera vez que van y están nervioso, pero otros tras haber ido otros años repiten porque les resultó muy positivo.

En España, ¿participaron en proyectos similares?

M. A. Aquí colaboramos con la Asociación de Voluntariado de la Caixa en la Región de Murcia, en la que se coopera con distintas ONG que reclaman ayuda durante todo el año.

Para poder ir, ¿qué tipo de selección previa tuvieron que hacer?

R. M. Tuvimos que presentar nuestro currículum y documentos, además de una carta de motivación. En función de los perfiles se escoge, pero son las propias ONG quienes seleccionan a los voluntarios.

M. A. El año pasado nos quedamos a las puertas de entrar pero este años hemos tenemos la suerte de poder ir.

¿Cuál es su principal inquietud?

M.A. La máxima incertidumbre que tenemos es si vamos a ser útiles en nuestros correspondientes destinos. Trabajar aquí ya sabemos, pero allí es diferente. Tenemos que transmitir los conocimientos que empleamos cada día en un país totalmente distinto.

¿Qué sintieron cuando os comunicaron que eran dos de las cuarenta participantes?

R.M. Nos pusimos muy contentas, nos emocionamos, es algo para emocionarse. Después te vienen los nervios, y más si ya eres nerviosa, como es mi caso, pero es una experiencia tan positiva que los miedos se quedan atrás.

Estarán casi un mes sin sus familias, ¿cómo se lo han tomado ellos?

M.A. En un principio nos dijeron que dónde íbamos, a un país así tan lejos. Pero saben que va a ser una experiencia inolvidable para nosotras y, sobre todo, muy gratificante.

¿Qué esperán obtener de esta experiencia?

El objetivo es poner nuestro conocimiento en común con la gente de allí. Pero, todos los voluntarios con los que hemos hablado coinciden en una cosa: recibes. mucho más de lo que das.