La Unidad del Dolor en la Región de Murcia es una de las más demandadas, pero también de las más congestionadas en España.

Según ha podido saber LA OPINIÓN el retraso para realizar una operación quirúrgica en el Hospital Virgen de la Arrixaca oscila entre 100-500 días y en el Reina Sofía un máximo de 200 días. Los datos proceden de la consejería de Sanidad, desde donde se asegura que ningún paciente se encuentra desatendido en la Región.

Los enfermos que acuden a esta unidad presentan un dolor crónico de intensidad severa o más leve, y del que no pueden ser operados.

En primer lugar, el enfermo acude al médico de familia: éste le deriva al especialista, quien valora la opción quirúrgica y, si no existe esa alternativa, lo remiten a la Unidad del Dolor.

Y si fuera posible la intervención, mientras ésta no se produce, dependiendo de su gravedad y la lista de espera, pueden tratarlo para que los profesionales del dolor intenten paliar su sufrimiento.

Juan Miguel Alfaro, uno de los especialistas de esta unidad en el hospital La Arrixaca, asegura a esta Redacción que «habitualmente ese proceso (la realización de pruebas) lleva unos 4 o 5 meses y, una vez que es remitido aquí, aproximadamente alrededor de unos 6 a 8 meses de nueva espera». Un proceso largo que se acentúa si se espera con dolor.

«El paciente que vemos hoy lo volveremos a ver, salvo urgencia, al año siguiente» asegura el doctor.

Las revisiones tendrían que ser teóricamente cada tres-cuatro meses, pero en la práctica llegan al año. Durante ese tiempo el paciente puede acudir a urgencias.

Además, lo que hace es adaptar su actividad al dolor, y esto les va generando paulatinamente más daño.

A veces llegan a visitar urgencias cuando no pueden soportar más el daño, allí los exploran y valoran si hay un proceso agudo. Si es así, lo ingresan en su especialidad correspondiente.

Pero, ¿esto es derivado de los recortes o es el procedimiento habitual? El profesional de la Arrixaca asegura que «esta situación es endémica en la unidad del dolor, desde hace años pasamos los mismos días de consulta, tres a la semana, y en verano el ritmo se reduce a un día, lo que a su vez provoca que el número de pacientes aumente».

«Pero esto no es debido a los recortes, sino a la estructura de esta área de salud», manifiesta.

Obviamente, no se llegaría a estas condiciones si se incrementaran a 5 consultas a la semana, pero esto requiere más profesionales y ampliar el espacio de trabajo, ya que sólo se dispone de una consulta que no es muy espaciosa.

El experto ve lejanas estas reformas, aunque sí cree que «una posible solución sería acercar esta unidad a centros de salud para que los pacientes sean tratados por expertos del dolor y evitar este colapso. A este problema se le suma el número de personas que han de ser asistidas, ya que entre un 10 y un 15% de la población tiene dolor crónico.

Asimismo, Fuesanta Meseguer, coordinadora de la Unidad del Dolor en el hospital Reina Sofía, afirma que una mejora sería «tener unos protocolos de derivación en los que el paciente tenga que esperar menos tiempo gracias a una mejor coordinación de profesionales. Poner en el centro a las personas. Que no estén todo el día de un sitio para otro, sino que entren en un protocolo en el que el circuito sea mucho más directo».

Mientras tanto, la situación no parece mejorar y tampoco se toman medidas para que se rebaje la lista de espera. Ante esta sobrecarga del sistema, cada vez se están estructurando más unidades de dolor en la medicina privada porque hay que darles asistencia y atención a ese tipo de pacientes.

Pero esto no es único de la Unidad del Dolor: muchas otras especialidades presentas largas listas de espera que hacen el paciente se decante por acudir a clínicas privadas, aunque muchos de ellos no pueden barajar esta opción dada la situación económica y tienen que seguir esperando.

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  • Ante la sobrecarga del sistema, las largas esperas los mismos profesionales que conocen el funcionamiento de los hospitales proponen situar en el centro al paciente, que entre en un circuito más directo, porque no hay que olvidar que se trata de personas con dolor agudo
  • Por otra parte, se evitaría este colapso si hubiera unidades habilitadas en los centros de salud o centros especializados en los que los pacientes fueran atendidos por profesionales del dolor. De esta forma, no habría tanta aglomeración ni se congestionarían las listas de espera, tanto para consulta como para oepación quirurgica
  • Si a esto se le añade un aumento de plantilla y de consultas el progreso sería inminente. Eso es lo que opinan los expertos y médicos consultados