Una nueva etapa caracterizada por la honestidad, la transparencia y el diálogo. Eso es lo que ofrecerá Pedro Antonio Sánchez, candidato a la presidencia de la Comunidad, en el debate de investidura que se celebra hoy y mañana en la Asamblea Regional.

Pedro Antonio Sánchez, de 39 años y natural de Puerto Lumbreras, se convertirá en el séptimo presidente de la Región en democracia, tras Andrés Hernández Ros, Carlos Collado, María Antonia Martínez y Alberto Garre. Podrá gobernar gracias al apoyo de los cuatro diputados de Ciudadanos, que votarán a favor del candidato popular y le permitirá ser investido en la primera votación, para la que necesita mayoría absoluta (23 de los 45 diputados).

Este acuerdo de investidura con C´s, sin embargo, se convertirá también en su espada de Damocles, pues el primer punto del pacto que firmaron PP y la nueva formación obliga a separar a cualquier cargo público que resulte imputado por corrupción política. Sobre Pedro Antonio Sánchez pesa una querella de la fiscalía por la construcción del auditorio de Puerto Lumbreras que ha sido admitida a trámite por el Juzgado de Instrucción Número 1 de Lorca, que no tiene potestad para imputar a Sánchez por estar aforado. En el caso de que la juez vea indicios de delito contra el futuro presidente de la Comunidad, eleve el caso al TSJ y el tribunal superior decida imputarle, Sánchez se ha comprometido a dimitir.

Hasta que eso ocurra, Pedro Antonio Sánchez quiere liderar un Gobierno que marque una nueva etapa en la Región. Los objetivos del futuro Ejecutivo los expondrá hoy desde la tribuna de la Asamblea Regional. Según fuentes del PP, el discurso del futuro presidente reflejará los compromisos que ha ido adoptando durante la campaña electoral, centrándose sobre todo en el empleo y la recuperación económica, «con el fin de que nadie en la Región, principalmente los más desfavorecidos, se quede atrás», señalan fuentes del equipo del candidato.

El candidato a presidente insistirá mucho durante su discurso, según señalan desde su equipo, en la nueva era política que se abre en la Región, en la que será necesario el diálogo y el consenso entre todos los grupos parlamentarios para aprobar los proyectos del Ejecutivo, ya que por primera vez en la historia de la democracia no hay mayoría absoluta. Así, ofrecerá y reclamará a la oposición «responsabilidad y altura de miras», además de una política pensada para los ciudadanos y lo más alejada posible de la confrontación y la crispación partidista. Tenderá la mano para alcanzar grandes acuerdos en beneficio de la Región, los proponga quien los proponga, y reclamará a las demás formaciones que hagan lo mismo y no traten de aislar al PP, que representa a más del 37% de los murcianos que votaron en las elecciones del 24M.

Pedro Antonio, como ha ido anunciando en campaña, anunciará medidas com la limitación de mandatos para todos los cargos de la Administración, la bajada de impuestos (Sucesiones y rebaja del tramo autonómico del IRPF), así como su voluntad de establecer mecanismos de consulta a los ciudadanos, para permitirles a los murcianos una participación activa en la vida política.

El presidenciable realizará, asimismo, un alegato por la educación y sanidad públicas, anunciará más medidas en pro de la transparencia y tratará de mostrarse ante los murcianos como líder de un equipo renovado, que no reniega del trabajo realizado en los últimos 20 años por Ramón Luis Valcárcel, pero que llega con una concepción distinta y más moderna de la política.

Será presidente electo el martes, pero es posible que no jure el cargo hasta el viernes por la tarde, debido a que el rey Felipe VI, que tiene que firmar el nombramiento, está de viaje en México.