El Gobierno murciano es partidario de reclamar los 1.500 millones que el actual modelo de financiación autonómica ha hecho perder a la Región en los últimos cinco años. El presidente en funciones de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, en su discurso del Día de la Región, aconsejaba a su sucesor que «más pronto que tarde» vaya pidiendo una moratoria de la deuda para alargar los plazos de pago.

La Administración regional debía 7.214 millones de euros al acabar el primer trimestre del año, que en su mayor parte corresponden a los préstamos del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y del Plan de Pago a Proveedores. El Ejecutivo debía empezar a devolver amortizaciones de los créditos concedidos por el Estado en 2015, pero el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, le dio dos años más de carencia.

Sin embargo, Alberto Garre, advertía en el acto conmemorativo del Día de la Región, celebrado el pasado martes en Archena, de que la Región tendrá que pedir «más pronto que tarde» una moratoria para aplazar la devolución de los créditos a los que ha tenido que acudir en los últimos años. «De otro modo pocas cosas se podrán hacer y será como vivir engañados», indicó el jefe del Ejecutivo en funciones.

Garre se quejaba de que la financiación autonómica no aporta los recursos que precisa la Región, a pesar de «un estricto periodo de austeridad en el gasto público regional, que ha pretendido frenar el endeudamiento desbordante al que hemos llegado por la insuficiente financiación para atender las competencias transferidas».

Por su parte, el consejero de Economía y Hacienda, Luis Martínez de Salas, calcula que la Región ha perdido una media de 300 millones de euros en los últimos cinco años liquidados, lo que representa una merma de 1.500 millones, cuya recuperación debería contemplarse, a su juicio, en el nuevo modelo de financiación autonómica, para evitar la discriminación a la que se ve sometida Murcia y otras comunidades.

Esta cantidad será aún más elevada cuando empiece a aplicarse el nuevo modelo, dado que el mapa autonómico salido de las elecciones autonómicas y la proximidad de las elecciones generales obligan a aplazar la reforma del sistema vigente al menos hasta el año próximo, lo que significa que Murcia no empezaría a recibir más dinero al menos hasta 2017.

La Comunidad Autónoma había alcanzado en el mes de marzo una deuda de 7.214 millones de euros, una cifra que duplica los ingresos reales de la Administración regional y hace imposible cualquier inversión. A pesar de que los nuevos proyectos que se ponen en marcha son prácticamente testimoniales, Murcia sigue siendo la comunidad más deficitaria, dado que los ingresos asignados por la financiación autonómica son insuficientes para atender los costes reales de los servicios que presta. El año 2014 terminó con un déficit del 2,82%, cuando el techo autorizado estaba en el 1%.

Entre el primer trimestre de 2014 y el de este año la deuda se ha incrementado en casi 1.200 millones, lo que hace prever que seguirá creciendo en 2015 en una proporción similar. De hecho, el Consejo de Ministros autorizó en mayo a Murcia operaciones de endeudamiento por importe de 522 millones de euros.

La Región tampoco podrá cumplir el techo de déficit fijado para este año, que está fijado en el 0,7%, a pesar de las facilidades que ha dado el Ministerio al abaratar los intereses de la deuda y de que todavía no está abonando las amortizaciones de los préstamos. El dinero del FLA y del Plan de Pago a Proveedores permitió a la Región sanear sus cuentas y poner al día las facturas que debía a sus proveedores, pero desde que empezó a llegar a las arcas regionales, a partir de 2012, ha llevado a la Comunidad a acumular una deuda de unos 4.500 millones con el Estado, que tendrá que empezar a amortizar en 2017. Lo que se plantea el Gobierno en estos momentos es cómo afrontará Murcia la devolución de la deuda a partir de entonces, si los ingresos no le dan para cubrir gastos en estos momentos. El consejero de Hacienda considera que para 2017 se habrá superado la crisis y se habrá recuperado la recaudación, con lo que será posible asumir la devolución de los créditos.