José Ramón Galán Velasco y Marta Abad Cañas, el matrimonio de aguileños que se encontraba en Nepal cuando el pasado sábado la tierra tembló provocando miles de muertos y el caos en el país, estaban ayer ya, al fin, junto a otros españoles en una oficina cerca del aeropuerto de Katmandú a la espera de que un avión del Gobierno de España pudiera trasladarlos a todos a la India. Ellos son los únicos ciudadanos de la Región que han vivido este suceso, al menos según la información oficial de la que dispone la Comunidad Autónoma.

El matrimonio estaba en Nepal como escala de un viaje planeado desde hace cinco años: una vuelta al mundo durante todo un año. Su aventura comenzó el pasado mes de agosto y todavía les quedan tres meses y medio de viaje planificado. A pesar de la dura experiencia vivida, han decidido continuar: «Seguimos dándole la vuelta al mundo, porque nos apetece mucho, y a pesar de la tragedia que se vive en Nepal, nosotros estamos perfectos. Un terremoto te puede pasar en Lorca y te puede ocurrir en Katmandú», manifestaba ayer José Ramón a LA OPINIÓN.

El terremoto les sorprendió llegando al hotel de Katmandú. «Íbamos en un coche, mirando por la ventana vimos cómo el suelo se agrietaba, el coche daba vueltas, el conductor salió de él, pero nosotros no podíamos salir por que las puertas estaban bloqueadas, saltamos al asiento de delante. Pudimos salir y nos escondimos debajo de unos setos a que pasara el terremoto, que duró aproximadamente un minuto», relata José Ramón, que recuerda que fue un minuto eterno. «En Águilas hemos sentido terremotos alguna veces, de cuatro, o cuatro con algo, sabemos lo que es un terremoto, pero uno de siete con nueve es una cosa que solo se puede comprender si lo has vivido, es un minuto eterno».

Tras el seísmo tuvieron que pasar el fin de semana a la intemperie «lo hemos pasado en un parque al aire libre, que eran los sitios más seguros. En unos campamentos improvisados, pero al mismo tiempo bien organizados. La gente de Nepal, ha sido increíble, nos trato de maravilla. Nos alimentó y nos cuidó, hemos estado muy bien teniendo en cuenta las circunstancias que eran», indicaba el aguileño. A pesar de tener tan cerca la tragedia, se siente afortunados porque no han tenido que ver nada escabroso; «nosotros afortunadamente no hemos visto nada escabroso, no hemos visto fallecidos, hemos sido afortunados porque no hemos visto nada, ni gente herida ni fallecida. Sí conocemos gente que sí los ha visto, pero nosotros no. Hemos visto edificios demolidos, y edificios históricos y patrimonio de la humanidad que lamentablemente han quedado arrasados».

José y Marta estaban ayer durante la entrevista en las oficinas de una constructora, cerca del aeropuerto, esperando un avión.