Carlos Bravo (Madrid, 1962), secretario confederal de Políticas Públicas de CC OO y máximo representante de la organización en Murcia, procede de la Federación de Banca y desde 2008 forma parte de la dirección confederal, que le ha encargado pacificar el sindicato en la Región. Desde enero vive entre Murcia y Madrid, probando todas las combinaciones posibles para venir y regresar en el día.

¿Se está resintiendo el sindicato de la crisis interna?

En las elecciones sindicales celebradas hasta ahora no se ha notado. Procuramos que los trabajadores no perciban esta situación y que la resolvamos con la máxima participación. Hemos tenido problemas durante un tiempo para tomar algunas decisiones, pero la estructura de dirección del sindicato está funcionando con normalidad. Cuando los compañeros vieron que no eran capaces de ponerse de acuerdo, como tenemos reglamentos y normas internas, nos pidieron a la Confederación que echáramos una mano, y hemos venido tres personas (de la ejecutiva confederal). Lo mejor es que los compañeros de Murcia tomen las riendas.

¿Cuándo se celebrará el congreso para elegir nueva dirección?

La idea es convocar el congreso cuanto antes y resolver esta situación de interinidad. Calculamos que será en otoño. Todos están haciendo un esfuerzo para que se pueda gobernar el sindicato sin trasladar a la comisión gestora el conflicto que existe. La situación no es comparable a la anterior. La comisión ha sustituido a la ejecutiva , en la que había una mayoría, y al consejo regional, en el que había una mayoría distinta. Ese choque está resuelto. Las decisiones se toman por unanimidad y eso está facilita la labor. Trabajaremos para que siga siendo así hasta el congreso.

Ya parece que hay dos candidaturas, que siguen representado a las partes en conflicto.

A mí no me consta que haya ningún candidato. El momento de presentar candidaturas es cuando se convoque el congreso. Es evidente que los compañeros tienen los contactos entre ellos en el ámbito que consideren oportuno, pero nosotros observamos lo que se va produciendo. El encuentro de la semana pasada que publicó el diario LA OPINIÓN (en torno al anterior secretario general, Daniel Bueno) no lo he leído como una presentación de candidatura, como tampoco he leído que detrás del otro sector haya una candidatura. Tampoco se me ha comunicado que haya ninguna persona que vaya a liderarlas. Me parecería prematuro. Vamos a explorar las posibilidades de alcanzar un acuerdo que garantice la estabilidad en Murcia. No es tan raro que en la Región haya una dirección estable con un apoyo muy fuerte. Yo no renuncio a encontrar puntos de acuerdo antes del congreso. En el caso de que no los haya, intentaremos que se celebre con la mayor participación y con la menor confrontación posible.

Hay quien pone en duda que Daniel Bueno esté en condiciones de ser candidato, después de haber sido sancionado con la disolución de su equipo.

No creo que ese sea el ámbito en el que se va a debatir el futuro de las personas que se ocupen de representar a CC OO en Murcia. Hay que recordar que la disolución se ha producido a petición del propio órgano. La comisión ejecutiva y Daniel Bueno nos pidieron esa medida y también las organizaciones que apoyaban a la oposición.

¿Ve posible llegar a un candidato de consenso?

Cuando buscamos consensos, se construyen sobre personas. Lo que sí creo es que el papel de la Unión Regional es muy importante y no podemos dedicar demasiado tiempo a discutir cómo nos gobernamos. Necesitamos unas Comisiones Obreras de la Región de Murcia fuertes, con una dirección estable y fuerte, que tenga el reconocimiento y respeto de la organización y de los trabajadores. ¿Eso pasa por las personas que son las caras visibles de cada uno de los sectores? Si fuésemos capaces de contar con todas ellas, encantados. Estamos pidiendo a los dos sectores generosidad para encontrar la fórmula.

Ha sorprendido que la gestora no mantuviera al secretario de Cartagena, después de que la Comisión de Garantías restituyera a Juan Pedro Martínez.

Cuanto tomamos la decisión de suspender a la comisión ejecutiva y al consejo, detectamos tres conflictos que están envenenando las relaciones y que no dejan de ser los síntomas del problema: una diferente mayoría ente la comisión ejecutiva y el consejo regional, que al aprobar cosas contradictorias generaba un bloqueo que teníamos que resolver; una ausencia de presupuestos, que obligaba a funcionar con las cuentas de 2012 prorrogadas; y una estructura comarcal muy centrada en Cartagena, tras la aprobación de una elección de responsables de las comarcas contando con la opinión de los afiliados, que no se había podido concretar por falta de acuerdo sobre el método. Y es que esas tres cuestiones eran las piezas sobre las que pivotaba el debate. Lo que hizo la dirección confederal cuando intervino en Murcia es intentar resolver esos tres nudos. Hay una gestora y un presupuesto de 2015. En las comarcas, decidimos que la gestora asumiera también la dirección y decidimos sustituir a los cuatro secretarios. Puede haber opiniones distintas pero compartimos la visión de un sindicato que tiene un carácter sociopolítico, que negocia y que presiona en la empresa y tiene un ámbito de relación institucional.