Esta murciana llevaba ayer 24 horas sin saber si llorar o reír. Hasta la semana pasada tenía previsto coger desde Barcelona, junto a una compañera de trabajo, el avión que el martes se estrelló en los Alpes franceses. Una cuestión de agenda de su colega de trabajo -desde hace un mes está empleada en una empresa murciana de zumos, con sede en Alemania- propició el pasado miércoles que decidiera cambiar el vuelo y salir ayer desde el aeropuerto de Alicante-Elche. Nacida en La Unión, residente en San Javier y con trabajo en Espinardo, a Esther, con conocimiento de seis idiomas, se puede decir que le ha tocado prácticamente la lotería.

Tenía usted previsto volar en el vuelo accidentado en los Alpes...

Voy a Düsseldorf por trabajo e inicialmente iba a volar con una compañera. Teníamos la reserva las dos para volar ayer -por anteayer- desde Barcelona, porque los martes no hay vuelo directo desde aquí -Alicante-. En teoría iba, pero la semana pasada ella me confirmó que no podía ir y no sé por qué decidí cerrar la vuelta para la semana próxima, pero la ida la pospuse hasta hoy -por ayer- para no tener que viajar a Barcelona.

¿Cuándo cambió de opinión?

El miércoles pasado, en vista de que mi compañera no podía viajar el día que teníamos previsto por un tema suyo de agenda de trabajo. No era imprescindible que volara el martes, era algo aleatorio y la verdad, no sé por qué cambié el vuelo.

¿Cómo se enteró de lo sucedido?

Estaba trabajando y me llamó esta compañera con la que iba a coger el vuelo. Me dijo que el vuelo que íbamos a coger se había estrellado. ¿Qué ha estallado, qué se ha estrellado? le dije yo, porque no sabía de qué me estaba hablando, y me dijo que pusiera las noticias.

¿Cómo se siente?

No sabes si reírte, si llorar. No es una sensación de alivio, para nada. Te sientes rara, con una risa tonta debido al nerviosismo, y te sientes fatal por la gente. Se te pasan mil cosas por la cabeza.

¿Cómo ha pasado la noche?

No me acosté intranquila, pero me he despertado cada hora, así que supongo que el subconsciente estaba ahí, trabajando.