El nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, Miguel Pasqual del Riquelme, ha reclamado este miércoles "respeto institucional para la delicada y compleja labor que llevan a cabo los juzgados y tribunales".

En su discurso tras su toma de posesión, celebrada en el Palacio Almudí de la capital murciana, el nuevo presidente del TSJ ha trasladado su compromiso con los ciudadanos, con el Poder Judicial, los trabajadores de la Administración de la Justicia y con los colectivos profesionales que colaboran; a éstos dos últimos les ha brindado la posibilidad de diálogo.

Tras advertir que la "normalidad institucional es un valor precioso que conviene preservar", ha detallado los cuatro compromisos por los que ha apostado para reclamar, finalmente, de todos los agentes sociales "respeto institucional para la delicada y compleja labor que llevan a cabo los juzgados y tribunales".

Ha pedido que no se olvide que la Justicia "cumple un rol fundamental en las sociedades contemporáneas, al ser el juez quien recuerda a la nación o al simple ciudadano las promesas que se hizo a sí misma".

En su papel de garantes y guardianes, ha dicho asumir el cargo con vocación de servicio, reiterando nuevamente el compromiso de los tribunales murcianos "con la independencia, la aplicación imparcial de la Ley y la defensa de los derechos de todos; sin otras agendas ni otros ritmos que los que imponen las leyes procesales o los que puedan derivarse de la complejidad de los asuntos y la endémica falta de medios de la Administración de Justicia".

Reconoce Pasqual del Riquelme que la tarea es "enorme" y los recursos "limitados", por lo que ha adoptado la responsabilidad a partir de ahora de "identificar las necesidades y reclamar los medios necesarios", así como a "explotar al máximo los que ya tenemos y contribuir a superar las ineficiencias que subsisten en la organización, ya que la Justicia está llamada a escuchar y está obligada a explicarse".

Su segundo compromiso, ha continuado, es con el Poder Judicial, "de lealtad institucional por un lado, y de sensibilidad a las preocupaciones de los jueces y magistrados de la Región por otro".

Por tanto, ha dicho asumir como prioridad "apoyar a los órganos judiciales que padezcan sobrecarga de asuntos". Especialmente en aquellos temas que más ocupan y preocupan a los ciudadanos, "bien porque pongan en riesgo nuestra convivencia, afecten a la normalidad institucional, o se ceben con los grupos más desfavorecidos o en riesgo de exclusión social".

Tras lo que ha pedido, "desde el reconocimiento al enorme y diario esfuerzo que realizan los jueces y magistrados de esta Región", su "imprescindible complicidad en la búsqueda de nuevas formas de trabajo y organización que nos permitan optimizar el siempre escaso recurso judicial" porque "sería soberbia hacer con más lo que se puede hacer con menos".

Su tercer compromiso es "con todos los que trabajan dentro de la Administración de Justicia", jueces, fiscales, secretarios judiciales, forenses, funcionarios, equipos técnicos, personal laboral y de apoyo.

En su opinión, "todos los que trabajamos en el sector público estamos obligados a adaptar nuestras viejas rutinas de trabajo a las cambiantes exigencias y circunstancias de nuestra sociedad, por perturbadores que nos resulten los cambios y nuestra Administración de Justicia exige, probablemente más que ninguna otra, cambios trascendentales que poco a poco -demasiado poco a poco-, se van acometiendo".

Tras lo que ha ofrecido a todos su compromiso por el diálogo, y "apuesta decidida por la innovación, la modernización y la mejora continuas porque la utopía de hoy puede y debe ser la realidad de mañana".

El cuarto y último de sus compromisos es con los colectivos profesionales que colaboran o interactúan con la Administración de Justicia, a quienes ofrece "escucha, diálogo y colaboración" e invita "a sentirse parte, porque lo son, del sistema de Justicia". "Un sistema de Justicia que solo con la implicación de todos podrá responder a los importantes retos que tiene planteados", ha añadido.

Ha pedido actuar "con responsabilidad como procesadores de las demandas sociales", teniendo en cuenta que la Administración de Justicia "es un instrumento para la cohesión y la pacificación social, pero no el único y, a veces, tampoco el más adecuado ni el más eficaz".

"Todos debemos hacer un esfuerzo por sondear las posibilidades, casi inexploradas en España de los medios alternos de resolución de conflictos, y muy específicamente, de la mediación" porque "todos los conflictos contienen en su interior tanto la semilla de la confrontación y la destrucción, como la del diálogo y la colaboración". "Solo de nosotros depende cuál germine", ha enfatizado.

Para terminar, ha hecho referencia a la actual crisis, que "ha traído muchas cosas terribles a la sociedad pero nos ofrece también oportunidades de mejora y de trabajo colectivo que no podemos desaprovechar".

A su juicio, "cada uno en nuestro ámbito de responsabilidad debemos resistirnos a que nuestro sistema institucional termine sembrado de las esperanzas defraudadas de nuestros conciudadanos. En lo que a mí respecta, espero estar a la altura del reto".

Jueces, servidores públicos

Por su parte, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, que ha asistido a este acto, ha destacado que los jueces "somos servidores públicos conscientes de los anhelos y preocupaciones de la sociedad". "Queremos que la carrera judicial sea ejemplar para solucionar las controversias para lograr una sociedad más justa e igualitaria", ha señalado.

El presidente del TSJ, según Lesmes, es en primer lugar "un servidor público al servicio de todos; de los jueces, de las personas que trabajan en la Administración de Justicia y de toda la sociedad murciana".

Lesmes ha alabado al presidente del TSJ saliente, Juan Martínez Moya, que a partir de ahora le acompañará "en la travesía de Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)". Ha rememorado y ensalzado su trayectoria, desde que ingresó en la carrera judicial con 23 años y, solo dos años después, ya era magistrado.

En este sentido, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial ha recordado que el despacho de Martínez Moya es un despacho "vivido", en el sentido de que ha estado siempre "accesible y dispuesto a ayudar a personas, incluso, en situación de auténticamente penosa".

Asimismo, ha alabado que Martínez Moya deja atrás un despacho "lleno de libros también vividos", y ha defendido que los jueces "deben mostrar viva la inquietud y su formación".

Lesmes ha parafraseado al escritor y diplomático Diego de Saavedra Fajardo: "con el trabajo todo se consigue", y ha vuelto a referirse a Martínez Moya, a quien a definido como un hombre "laborioso, implacable e íntegro como se exige a los jueces".

Respecto al nuevo presidente, considera que es "un hombre de paz, formado en la mediación", definiéndola como una persona con "cualidades para el diálogo y negociación". Precisamente a través del diálogo y la negociación "podría conseguir que lo pequeño se haga grande y se preserve lo grande", de manera que "su éxito será el éxito de todos nosotros".