El ministerio de Fomento, en su apuesta por la alta velocidad para la Región de Murcia, ha dado carpetazo a las obras de la variante ferroviaria de Camarillas, lo que impide al ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ejecutar el recrecimiento del pantano de Camarillas, que permitiría a la cuenca del Segura tener más agua embalsada. Estas obras alejarían la vía del tren del embalse y con ello se podría recrecer la presa y almacenar hasta 100 hm3 de agua, frente a los 36 hectómetros cúbicos actuales.

Desde la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), su presidente, Miguel Ángel Ródenas, ha defendido en numerosas ocasiones esta obra, si bien reconoce que el Ministerio tiene atadas las manos hasta que Fomento no termine la variante del ferrocarril.

Otro de los beneficios para la cuenca, explican desde la CHS, es que esa nueva capacidad y la existencia del túnel Talave-Cenajo permitiría una mayor regulación de sus aguas, importante sobre todo en periodos de aumento de las existencias por las lluvias y el deshielo de primavera. De esa manera no se perdería ni una gota de agua. Además, la cuenca podría utilizar el túnel actual del tren de aliviadero de la presa.

Las obras tampoco serían muy complicadas puesto que debido a que la garganta donde está el embalse es muy estrecha, se podría obtener mucha capacidad extra con relativamente poco aumento de la pared de la presa. La elevación prevista sería de entre 15 y 20 metros.

Croem no lo da por perdido

Otro sector que no se cansa de reclamar tanto el recrecimiento de la presa como la variante ferroviaria es el empresarial. De hecho, una delegación de la patronal murciana Croem tiene previsto acudir al ministerio de Fomento a principios de marzo para desbloquear el proyecto ferroviario.

Fuentes de la patronal comentan no entender cómo las obras están paralizadas desde el año 2009. En este tramo de la línea de Cartagena a Madrid ya se terminó de construir la nueva plataforma sobre la que discurrirán las vías, pero falta la instalación del tendido, con una inversión de unos 30 millones, que el ministerio de Fomento dejó pendiente de acabar.

Para los empresarios, la variante, además de por el tema del agua, es imprescindible para el desarrollo del corredor de mercancías de esta línea.