El número de adolescentes con problemas emocionales y en tratamiento psicológico es cada vez más alto. Según fuentes educativas, la Consejería ha detectado un incremento del 7% de escolares con este tipo de afecciones en los últimos dos años, tiempo en el que se ha empezado a prestar más atención a estos registros. Los problemas son múltiples: depresiones, traumas por haber sufrido algún tipo de acoso por parte de compañeros, trastornos alimenticios o ansiedad por diferentes factores que rodean el entorno del niño, explicaron las fuentes. En Educación ven con cierta preocupación el hecho de que incluso hay niños y adolescentes que llegan a negarse a ir a clase porque no quieren enfrentarse a su entorno más cercano.

El incremento en la medicación de estos niños es una de las consecuencias de los problemas emocionales, que según las fuentes han aumentado de forma prácticamente paralela al incremento del consumo de fármacos para tratar problemas emocionales en los adultos.

En la población en general, desde el año 2000 se ha triplicado el consumo de antidepresivos. Los problemas de aceptación y la falta de autoestima están detrás de muchos de estos trastornos emocionales que sufren los menores y que se agravan al llegar a la adolescencia.

La consejería de Educación tan solo registró 4 casos de conductas graves entre alumnos a lo largo del curso pasado. Se trataría de casos graves de acoso. Sin embargo, hay situaciones que no llegan a hacerse visibles, generalmente porque los escolares que las sufren no las cuentan. No ser aceptado en los cánones de estética es uno de estos problemas que derivan en depresión.

Intento de suicidio

En el último curso se ha llegado a registrar, al menos, un intento de suicidio en un centro educativo de la Región. Según pudo saber LA OPINIÓN, una joven se escondió en el baño de su instituto y tomó pastillas con la intención de suicidarse. Una compañera la descubrió y dio la voz de alarma, por lo que la joven pudo ser atendida por personal sanitario. En este caso, el rechazo a su aspecto físico fue lo que la llevó a este punto.

Tanto en Educación como en Sanidad se está trabajando para hacer un estudio completo de la situación a través de un Consejo Sanitario, en el que hay una comisión educativa. Profesionales de uno y otro sector pondrán en común sus diferentes registros para llegar a una radiografía más completa de la realidad. Fuentes del ámbito de Salud Mental apuntaban ayer a LA OPINIÓN que, en ocasiones, las cifras pueden verse incrementadas porque hay un mayor registro de los casos en estadísticas y no porque los trastornos realmente crezcan.

El trabajo de la citada comisión, que se conocerá en semanas, puede arrojar conclusiones más concretas sobre la salud psicológica de los escolares.