La Asociación de Directivos de Centros Públicos de Educación Secundaria de la Región celebró ayer una asamblea extraordinaria para debatir la implantación de la nueva ley educativa, la Lomce, en Secundaria a partir del próximo mes de septiembre y la conclusión principal a la que llegaron es que no hay tiempo para poder aplicar con criterios de calidad todos los cambios de contenido de las asignaturas y la organización y distribución horaria que les ha planteado la consejería de Educación. Por eso piden más tiempo para la implantación de todos los cambios. Otra de las cosas que tienen también muy claras los directivos es que la distribución horaria -con más peso de las troncales y reducción de artísticas, tecnología y segunda lengua extranjera, generalmente el Francés- provocará no pocos conflictos en el seno de los claustros de profesores, donde los departamentos perjudicados por la reforma querrán asumir las horas que el nuevo currículo deja a elección del centro. Para los directores, tal y como Educación ha planteado las cosas, la 'autonomía' de los directores no será tal.

«Sumergir a los claustros de profesores en una pelea estéril por añadir una hora lectiva a la precaria situación de determinados departamentos, además de no suponer solución alguna, tampoco es desarrollar la autonomía de los centros», explican desde la Asociación de Directivos.

La verdadera autonomía, entienden los docentes, vendrá cuando «los centros tengan la posibilidad de elaborar un diseño específico acorde con sus circunstancias y resultados».

Los directivos consideran un error reducir aproximadamente la mitad de la presencia en Secundaria de Música, Plástica y Tecnología, así como «sorprendentemente la segunda lengua extranjera», reservada, apuntan, solo para aquellos alumnos que estén matriculados en secciones bilingües y no una opción a la que puedan optar la mayoría de alumnos.

Creen los directivos que reducir el número de asignaturas por año no tiene por qué significar una pérdida de presencia de algunas materias y llaman la atención sobre que a partir de ahora «al Bachillerato de Artes acudirán alumnos más por vocación innata que por la que hayan podido encontrar en las mermadas clases de plástica y música».

Desde las perspectiva de los profesores, el problema será dar trabajo y ubicación en la organización interna de los institutos a los profesores de estas materias, que se quedarán casi sin horas. Se les tendrán que asignar «medidas de atención a la diversidad, que en el pasado contaban con personal especializado o asignarles materias de indefinida condición como 'iniciación a la investigación'». En un documento aprobado ayer, aseguran los directivos que «el panorama resulta absolutamente desalentador y no solo para los profesores afectados, sino para la propia calidad del sistema educativo».

La Lomce llegará el próximo mes de septiembre a los cursos de 1º y 3º de ESO, así como a 1º de Bachillerato. Desde Educación se ha insistido siempre en que se trabaja contra reloj, pero que toda la normativa estará disponible para que puedan aplicarse los cambios sin problemas.