El delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana, desmintió y rechazó en su totalidad el contenido de la nota interna de la Guardia Civil sobre los hechos en los que se vio inmerso el sábado por la noche. Sí confirmó, no obstante, que llegó a la rotonda de la Isla Grosa, en Murcia, como copiloto en un vehículo. «Una vez que nos pararon, y después de que el agente observara al conductor y al resto de los ocupantes del vehículo, nos dijo que siguiéramos adelante. Yo, como siempre hago cuando hay algún control policial, le pregunté: ¿Alguna novedad? Lo único que quería saber es si ocurría algo importante o se trataba de un control rutinario y únicamente empleé los términos que suelo usar en situaciones similares. Era una cuestión de cortesía. Se trata de la fórmula que utilizamos para saber qué sucede en ese momento. Y, como delegado del Gobierno, me parece que es lo que debo preguntar, por si puedo ayudar en algo», aseguró.

Ante la afirmación del informe de los agentes, en el que se sostiene que no se quiso identificar, Bascuñana asegura que «ante la dificultad de que no me pudieran reconocer dentro del coche, salí del vehículo y le dije que era el delegado del Gobierno. Me di cuenta de que no me había reconocido, pero no me pidió ningún documento y el tema no fue a más. Tanto es así que, cuando todo quedó perfectamente aclarado, me despedí del agente dándole la mano. En ningún momento falté al respeto a ningún guardia civil ni le grité». En cuanto a la referencia que hace en la nota sobre el estado del delegado del Gobierno, este aseguró tajante: "Iba en perfectas condiciones. Yo no conducía, pero es que además no suelo beber". Según la versión de Joaquín Bascuñana, que se mostró especialmente contrariado por el informe de la Guardia Civil, los hechos sucedieron en apenas unos minutos y no se produjo ningún atasco en la rotonda.