Samy ha cabalgado durante años a lomos de su caballo blanco por las dunas de Calblanque. Los habituales del parque recuerdan la imagen de este personaje, fallecido hace años. Samy, un alemán amante de la naturaleza, era dueño de tierras en la zona, donde vivía solo junto al mar. Ahora, sus herederos y socios quieren tomar el control del paraíso cartagenero, como ya hiciera Samy a las riendas de su equino.

Calblanque ha estado olvidado durante mucho tiempo por sus dueños, algo que ellos mismos reconocen. Fue hace año y medicuando Karl Bödding Cañedo, uno de los socios de Costa Paradiso -mercantil que posee parte de los terrenos de este espacio natural- se puso en contacto con Válcarcel. Bödding tuvo un minuto para contarle su idea al entonces presidente de la Comunidad. Su mensaje fue claro y conciso: «Los dueños de los territorios del parque queremos ocuparlos, gestionarlos y conservarlos bajo la tutela de la Administración pública». Días más tarde se establecían los primeros contactos entre propietarios y el Gobierno regional. El fruto de este tiempo de negociaciones ha germinado ahora con la reciente puesta en marcha de una asociación sin ánimo de lucro denominada Entidad de Custodia de Protección del Territorio del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila (ECPT). La entidad está presidida Karl Bödding, con Ángel Sánchez de Val como secretario.

El 98% del Parque Regional pertenece a particulares y empresas privadas, la mayor parte queda repartida entre Herederos de Bibiano Conesa y Costa Paradiso. Según Bödding, «Herederos de Bibiano Conesa no figura vinculado a la ECPT», aunque sí reconoce que «las relaciones entre ambos propietarios son cordiales». Además, desvela que en lo referente a la gestión de terrenos de Calblanque «existen acuerdos entre Costa Paradiso y Herederos de Bibiano Conesa».

El presidente de la ECPT quiere dejar muy claro que pese a ser socio de Costa Paradiso, «la entidad de conservación es totalmente independiente a la sociedad dueña de parte del terreno».

Inicialmente, se iba a firmar un convenio de dos años de duración entre la ECPT y la Comunidad, algo que según reconce la propia asociación «hubiera sido más beneficioso para la conservación del parque». El acuerdo tuvo que rehacerse al producirse cambios en la estructura del Gobierno regional, lo que retrasó los plazos. Estos cambios han mermado las aspiraciones de la ECPT que, finalmente, ha tenido que acceder a un acuerdo con Medio Ambiente de tan sólo un año de duración.

Según Medio Ambiente, «ese acuerdo es la única vía para que los propietarios del parque puedan gestionar sus terrenos». Costa Paradiso y Herederos de Bibiano Conesa han visto en la creación de la ECPT el organismo idóneo para poder hacerse cargo del espacio natural. La ECPT indica que su objetivo es «aumentar el valor de los terrenos de Calblanque mediante la conservación y protección», labor que repercutirá de forma directa en sus dueños.

La empresa Costa Paradiso se dedica, entre otros negocios, a la explotación hotelera. Sin embargo, Bödding asevera que «en Calblanque no se construirá ningún complejo turístico de esas características». No obstante, no descarta promover iniciativas relacionadas con el turismo sostenible y respetuoso con la naturaleza para que Calblanque siga siendo un paraíso como el que disfrutaba Samy en sus interminables cabalgadas por la fina arena de sus dunas.