La Policía Nacional ha detenido a quince personas por su presunta implicación en el robo y tráfico ilícito de más de 170 vehículos, entre ellos motos de gran cilindrada y coches de alta gama. El grupo estaba liderado por un individuo de nacionalidad húngara y tenía su base de operaciones establecida en Madrid y Murcia, según informa el ministerio del Interior.

Los arrestados han sido acusados de pertenencia a organización criminal, robo, estafa, falsificación, receptación y revelación de secretos. Los arrestos se han producido en la localidad murciana de Mazarrón y en las madrileñas de Fuenlabrada (4), Griñón (3), Madrid capital (3), Arganda del Rey (2), Velilla de San Antonio y Coslada.

Los arrestados utilizaban sofisticados medios electrónicos para robar los coches o bien se apropiaban de aquellos que arrendaban con documentación falsificada de personas físicas y jurídicas.

La investigación se inició en el mes de agosto del año pasado. En las primeras pesquisas los investigadores averiguaron que el grupo operaba desde Madrid y Murcia y estaba liderado por un individuo de nacionalidad húngara. Poco después, los agentes descubrieron que utilizaban dos vías para apoderarse de los coches, en ocasiones los sustraían directamente con herramientas sofisticadas y en otras arrendaban turismos a nombre de personas físicas o jurídicas y con documentación falsificada.

Seguidamente, los policías localizaron diferentes naves industriales en varias localidades madrileñas -Fuente el Saz del Jarama, Fuenlabrada, Mejorada del Campo y Coslada- donde almacenaban los vehículos una vez sustraídos y manipulaban los elementos identificativos de los vehículos, y falsificaban las placas de matrícula y documentación para facilitar su salida al mercado.

Una vez dotados de su nueva identidad eran transportados al extranjero, en concreto a Hungría, donde se sacaban al mercado. A veces únicamente enviaban a este país la documentación falsificada del vehículo 'clonado' para registrar el coche y matricularlo en España como si fuese un turismo importado. Una vez manipulado, el turismo robado era comercializado en nuestro país o exportado al extranjero.

La organización contaba con especialistas tanto en España como en Hungría, coordinados y con las tareas diferenciadas en varios niveles: sustracción de los vehículos, falsificación de los mismos y de su documentación, traslado, etcétera.

Ante las sospechas de que el principal investigado iba a abandonar el país, los agentes procedieron a la explotación operativa de la investigación. Se llevaron a cabo doce registros en Madrid y uno en Murcia, donde se han incautado 24 vehículos en su mayoría de alta gama, entre ellos dos motocicletas de gran cilindrada.