Una gasolinera repartió ayer suerte al sur de Tenerife, donde se vendió íntegramente las 160 series del segundo premio de la Lotería de Navidad del número 79712, dotado con 1.250.000 euros. Entre botellas de cava, cánticos y algunas lágrimas, numerosas personas celebraron la lluvia de millones en la gasolinera de San Isidro, en la que su propietario, José Miguel González, aseguró que está «muy feliz por haber traído la suerte a Tenerife».

De una manera u otra, a todos los afortunados les ha cambiado la vida este premio, ejemplo de ello es Dani, un inmigrante subsahariano en paro que en 2006 llegó en cayuco a Canarias junto a otras 131 personas y ayer compartía su suerte en el especial de La Mañana, de Televisión Española (TVE).

Dani, que tuvo que 'rebautizarse' y cambiar su nombre ante la dificultad de los canarios para pronunciar su nombre, explicó en el programa de Mariló Montero que se encuentra sin trabajo y que recibe ayuda económica. Regalando una gran sonrisa, también afirmó que no tiene casa propia y que vivía en casa de suegra hasta que ésta falleció. El único momento en el que, emocionado, Dani dejó de bromear y sonreír fue cuando relató en directo cómo llegó por mar a España, un trayecto en el que falleció un compañero.

Con una camiseta de Los Angeles Lakers de manga corta y al lado de su pareja pudo vérsele en el programa de TVE. Al micrófono, que hasta llegó ha arrebatar con gracia a la propia redactora del espacio, bromeó y disfrutó de la inmensa alegría que le ha proporcionado a él y muchos tinerfeños el número 79.712, vendido íntegramente en estaciones de servicio de Granadilla de Abona.

Vendido en gasolineras

La gasolinera, situada en la autopista del sur de la isla, es punto de encuentro frecuente de los trabajadores de la zona, que esta vez, en vez de para un café, se reunieron para brindar por la suerte que han tenido.

El dueño de la estación de servicio señaló que pidió expresamente el número premiado, el 79.712, que estaba en Alicante, a la encargada de la administración El Calvario en Granadilla de Abona.

Orgulloso de haberse convertido en el talismán de sus paisanos, José Miguel González calcula que debe haber 1.500 premiados con este número, porque lo han vendido en las siete gasolineras de su grupo. Ente todos ellos, se van a repartir 200 millones de euros.

Igual de contenta se mostró la lotera de la administración de Granadilla de Abona, Noelia Suárez, quien no dudó en salir corriendo a comprar una botella de cava cuando comenzaron a llegar los medios de comunicación.

Sin embargo, los protagonistas de la mañana fueron los premiados, que vieron en este premio una oportunidad para comprarse una casa, tapar deudas e, incluso, para recorrer el mundo.

Premiado por segunda vez

«A ver el mundo entero» se va dedicar Jorge Gorrín, un soltero de 57 años, «sin manusiar», al que ya pocos podrán disputar la condición de vecino más afortunado de San Isidro (Tenerife), tras conocer que la suerte le ha sonreído por segunda vez y le ha dejado 375.000 euros, después de que con la ONCE ganara hace siete años 1.800.000 euros.

Inmaculada, otra agraciada, también hará algún viaje con el dinero, aunque esta madre de dos mellizas de ocho años tiene pensado invertirlo en pagar y amueblar su vivienda y comprar un coche, «un Audi muy bonito».

Otra de las premiadas, Isabel Ruiz, festejaba emocionada y rodeada de sus doce hermanos que «por una vez en la vida» les toca «algo bueno».

A esta celebración improvisada se unieron algunos conductores que, a su paso por esta zona de la autopista, la veían y querían sumarse a celebrar la buena suerte de sus paisanos.

Horas después de que los niños Patricio Vaquero e Isabel Flores Espinal cantaran, a las 9.42 horas este segundo premio en Madrid, a casi 2.000 kilómetros de distancia, en esta gasolinera del sur de Tenerife, la fiesta prometía prolongarse hasta el amanecer. Uno de los que más ganas de celebración tenía era el alcalde de Granadilla de Abona, Jaime González Cejas, quien, aunque no ha tenido premio, valoró que haya caído en el sur de Tenerife, una zona castigada por la crisis de la construcción.