Cuando aparecieron los restos de los holandeses en su huerto, fue interrogado y al poco puesto en libertad sin cargos. Sin embargo, las tornas han cambiado y ahora la juez ha mandado a la cárcel a Serafín de Alba, dueño del terreno en el que el pasado mes de mayo se hallaron los cuerpos de Ingrid Visser y su novio, Lodewjik Severein.

La detención de De Alba se produjo el viernes y se suma a las tres ya conocidas: Juan Cuenca, presunto cerebro de la trama y exgerente del club de voley donde militó Visser en la Región, y dos hombres de origen rumano que supuestamente fueron el brazo ejecutor y mataron a los holandeses. Los tres permanecen en prisión.

Fuentes cercanas a la investigación indicaron ayer que Cuenca y De Alba eran buenos amigos, tanto que solían quedar para comer muchos fines de semana. El vínculo nació a raíz de la afición de la hija de De Alba por el voleibol, deporte que la joven practicaba y en el que tenía un ídolo: Ingrid Visser.

De hecho, la hija de Serafín de Alba llegó a dedicarse profesionalmente a este deporte -en el mismo club del que Cuenca fue gerente y Visser una estrella- y ahora en su perfil de Twitter se presenta como 'ex jugadora del Club Atlético Voleibol Murcia 2005, campeona de la supercopa de España (2010) y de la Copa de la Reina (2011) y subcampeona SFV (2010/2011)'. "Sin palabras", escribió en Twitter la joven cuando se conoció el crimen de la holandesa. Lo hizo junto a una foto con Visser.

Las investigaciones se centran ahora en determinar qué papel desempeñó Serafín de Alba en el crimen: si era conocedor de que en su propiedad se había enterrado a dos personas o si participó activamente en la ocultación de los cuerpos. Por el momento, la responsable del Juzgado de Instrucción número 5 de Molina de Segura mantiene el secreto de sumario.