Los médicos forenses que intervienen en el caso abierto por la muerte violenta de la jugadora de voleibol Ingrid Visser y de su pareja, Severin Lodewijk, consideran que murieron del golpe propinado "de forma contundente y con violencia" en la cabeza con un objeto romo, aunque éste no se ha localizado todavía.

Visser y Lodewijk fueron dados por desaparecidos por sus familiares a mediados de mayo, cuando viajaron a Murcia para pasar unos días y visitar una clínica de inseminación artificial en la que seguían un control del embarazo de la jugadora de voleibol, pero días después fueron hallados descuartizados en un campo de limoneros. Por su presunta implicación en el doble crimen fueron detenidas tres personas -dos rumanos, como presuntos 'sicarios' que dieron muerte a la pareja, y Juan Cuenca, el que sería 'el cerebro' de los crímenes-.

Los cuerpos de la jugadora y de su novio fueron encontrados en un huerto de limoneros ubicado en la pedanía murciana de Alquerías, a unos cuarenta kilómetros del lugar donde se cree que fueron asesinados, una casa rural ubicada en La Hurona (Molina de Segura).

Las pesquisas policiales siguen avanzando, pese a que los tres detenidos se negaran el viernes a declarar ante el juez de instrucción que dirige las investigaciones y que ratificó la orden de prisión provisional que pesa sobre ellos.

Los investigadores encargados del esclarecimiento de los hechos no descartan que Cuenca, que se había encargado de alquilar la vivienda -Paquita, la dueña de la casa rural dijo a esta redacción que se la alquiló a una mujer, amiga del exgerente del voley-, lo hiciera, presuntamente, sin descartar la posibilidad de que las cosas acabaran como acabaron.

Así, creen que no tendría sentido que si Cuenca y los visitantes iban a hablar de negocios "normales y lícitos" entre ellos, los llevara ese lugar, ubicado en un sitio apartado y alejado de miradas curiosas o de testigos incómodos y, además, acompañado de los supuestos autores materiales.

Tampoco sería lógico, aseguran, que los visitantes se vieran forzados a trasladarse hasta allí, cuando la pareja se encontraba en Murcia por una cita que ella había concertado en una clínica de fertilidad, y, por tanto, la entrevista podía haberse celebrado en la capital de la Región.

Investigan si se usó una radial o un hacha

Los médicos forenses que intervienen en el caso por la muerte de la jugadora de voleibol y de su pareja se muestran prudentes con respecto a la forma en que sus cuerpos fueron desmembrados, aunque no descartan el uso de una máquina radial o de un hacha. Los forenses, que están a la espera de recibir el resultado de las numerosas pruebas que pusieron en marcha desde que realizaron la autopsia a los cadáveres,, prefieren ser cautelosos y no "aventurarse". EFE.