La concesionaria del aeropuerto de Corvera ha dejado de pagar el crédito de 200 millones avalado por la Comunidad Autónoma. El consorcio Aeromur, liderado por la constructora Sacyr, ha acabado por tirar la toalla ante los impedimentos que está encontrando su puesta en funcionamiento, lo que aboca al Ejecutivo regional a asumir el préstamo, tal y como adelantó LA OPINIÓN el pasado miércoles.

La obra, que ha supuesto una inversión de 230 millones, lleva más de 15 meses acabada, pero aún no hay perspectivas de apertura. Para que pueda recibir el primer vuelo necesita conseguir las certificaciones de la Agencia Española para la Seguridad Aérea (AESA) y de la UE, que llevan meses en trámite. También sería necesario llegar a un acuerdo con Aena para trasladar las líneas de San Javier a Corvera, dado que el negocio aéreo no daría para competir con un aeropuerto público.

La sociedad que se adjudicó la concesión para construir y explotar el nuevo aeropuerto de la Región en 2007 llevaba meses quejándose de los retrasos que se estaban produciendo y al final ha desistido. Aeromur está obligada a pagar los intereses del crédito que le concedió un grupo de bancos capitaneados por CaixaBank, aunque aún no había empezado a devolver los 180 millones de los que ha dispuesto hasta ahora (de los 200 que tenía autorizados), dado que la amortización estaba sujeta a la entrada en funcionamiento del aeropuerto. A esta cantidad hay que sumar unos 50 millones aportados de su propio bolsillo por los integrantes del consorcio, en el que Sacyr tiene el 60% de las acciones.

Aunque en principio nadie pensó que la financiación llegara a plantear ningún problema cuando la obra fue adjudicada, a medida que pasó el tiempo y la crisis económica fue recrudeciéndose se cerró el grifo del crédito y Aeromur se quedó sin recursos para continuar el proyecto que había empezado en julio de 2008. Cuando el dinero aportado por los socios se acabó apenas estaba hecha la estructura de la terminal y parte de la torre de control, lo que originó un parón de un año y medio, que llevó a la Comunidad a imponer una sanción por incumplimiento de los plazos de ejecución contemplados en el contrato.

Ante las reticencias de las entidades financieras a conceder los créditos que se habían comprometido a dar, la Comunidad tuvo que firmar un aval respaldando el préstamo en caso de que la concesionaria no cumpliera sus obligaciones de pago. Este aval fue suscrito a mediados de 2010 por la entonces consejera de Hacienda, Inmaculada García, después de conseguir la autorización de Bruselas. A partir de entonces todo fue sobre ruedas, y en un año y medio estuvo acabado el nuevo aeropuerto, que estaba previsto inaugurar esta primavera, después de muchos aplazamientos. Sin embargo, a principios de año Aeromur retiró de su página web la referencia a la fecha de apertura y todo volvió a quedar en el aire.

En los últimos meses, las relaciones entre la concesionaria y el Ejecutivo se han ido deteriorando hasta que Aeromur ha dejado de hacer frente a sus pagos, mientras que la Comunidad Autónoma reprocha a la sociedad encabezada por Sacyr el incumplimiento de los plazos previstos en el contrato.

Las entidades financieras que prestaron el dinero han tratado de mantener una actitud de prudencia, pero el Gobierno se está preparando para la ejecución del aval, que le obligaría a asumir el pago de las cuotas y la devolución del crédito. En contrapartida, la Comunidad pasaría a convertirse en la nueva propietaria del aeropuerto de Corvera. El Ejecutivo regional podría estar negociando ya con las entidades financieras para conseguir unas condiciones de pago asequibles.