Omarcux, la empresa que prestó los 15.000 euros a Paco, el padre de Loli, es propiedad de Miguel Latorre; Juan Inglés Rojo es uno de sus socios. La empresa financiera dedica su actividad a ofrecer préstamos de usura, esto es, urgentes (muy necesarios para el solicitante), con unas condiciones de interés de entre el 20 y el 30%, y unos plazos muy cortos de devolución. Dichos préstamos ahogan rápidamente al solicitante, que se ve imposibilitado de pagar el montante total del préstamo y los intereses a su vencimiento, ante lo que la empresa ejecuta la hipoteca por impago y se queda con la propiedad. El proceso es completamente legal en nuestro país. El dinero que Omarcux presta procede de inversores privados que lo prestan a su vez a la empresa. La forma de operar con los inversores es, en cierto modo, semejante a la que se ha utilizado con Paco; Juan Inglés Rojo contacta con gente sencilla, que no entiende de operativa bancaria ni de préstamos, a quienes ofrece remunerar de forma generosa sus ahorros de toda una vida de trabajo, prometiendo unos intereses superiores a los que el banco les paga en un plazo fijo. Además, con la garantía que supone una hipoteca sobre una propiedad cuyo valor es muy superior al dinero prestado. El inversor les entrega sus ahorros y recibe un pagaré que, a su vencimiento, al resultar impagado, Juan Inglés recoge con la justificación de reclamar judicialmente el pago. La estafa se produce cuando Inglés Rojo ejecuta la deuda, como ha ocurrido con Paco, a través de empresas interpuestas que se adjudican los bienes, y el inversor no recibe nada, perdiendo sus ahorros al tiempo que la familia pierde su casa.

En el momento actual, Juan Manuel Orenes Bastida, abogado de un grupo de inversores, tiene abierto un proceso penal en fase de instrucción contra Juan Inglés Rojo y sus socios, acusados de diversos delitos: escrituras falsas, estafa y apropiación, pues la empresa no reintegró a sus inversores el dinero invertido. Inglés Rojo ha ingresado en prisión provisional por esta causa, no así el propietario de Omarcux, que pudo pagar la fianza que se le solicitaba. El proceso es largo y complejo, ya que deben analizarse cada una de las operaciones realizadas, tanto con los inversores como con los destinatarios de los préstamos, con el fin de que el juez de instrucción alcance el conocimiento de las actuaciones llevadas a cabo por los imputados, presuntos delincuentes.