Tiene treinta años y como cualquier joven de su edad aprovecha su tiempo libre para disfrutar de sus hobbies, entre los que se encuentran los videojuegos. Pablo Ríos tiene una discapacidad intelectual, pero esto nunca ha sido un freno para poder desarrollar una vida normal y conseguir ser independiente, algo a lo que siempre le ha dado mucha importancia. Desde hace unos siete años trabaja en el servicio de Comunicación del ayuntamiento de Murcia, gracias a un convenio entre el Consistorio y Astrapace, asociación a la que pertenece Pablo.

Sin embargo, en breve deberá dejar su puesto para trabajar como funcionario del Estado, ya que acaba de conseguir una plaza de Ayudante de Gestión y Servicios Comunitarios (ordenanza), tras aprobar las primeras oposiciones del Estado para personas con discapacidad intelectual con pruebas y materiales adaptados a este colectivo. Pablo ha conseguido la mejor nota en la Región (se presentaron 107 personas para dos plazas) y la segunda en España.

«Pablo siempre ha querido desempeñar este tipo de tareas, ser funcionario», comenta su padre, Fernando Ríos, quien no puede ocultar la satisfacción y el orgullo que ha provocado que su hijo haya aprobado la oposición. «Es como si me hubiera tocado la lotería», asegura con una sonrisa de oreja a oreja. «Pablo es lo mejor que tengo», añade.

¿Le resultó muy difícil prepararse esta oposición?

Fue confuso. Porque la dificultad consiste en que los conceptos son muy parecidos.

¿Estudió mucho? ¿Cómo preparó el examen?

Cada persona es un mundo. Yo he estudiado mucho, los miércoles iba a clase y el resto de días estudiaba. Era un lío, pero yo me preparaba tarjetitas para memorizarlo todo. Estudiar es un verdadero esfuerzo.

¿Qué sintió cuando le dijeron que había conseguido la plaza?

Es como si hubiera rejuvenecido. Era todo alegría. Tenía ganas de gritar, de subirme a un columpio, de tirarme por un tobogán…

Antes de preparar la oposición usted ha trabajado.

Sí, llevo siete años en el servicio de Comunicación del ayuntamiento de Murcia. Me encargan cosas, hacer recados, ordenar los folletos de exposiciones, etc.

¿Cómo se lleva con sus compañeros? ¿Le tratan de diferente manera?

Tengo suerte de que es gente buena. Cuando meto la pata me corrigen. Cómo me tratan depende de cada persona, pero suelen ayudarme mucho.

¿Supongo que será todo un orgullo haber logrado ser funcionario del Estado?

He cumplido un sueño laboral. Siempre he querido ser funcionario, para poder trabajar fuera, porque así se consigue un beneficio para la familia. Además de que este tipo de trabajo se adapta a mis capacidades.

¿Ha tenido apoyos durante la preparación de la oposición?

Mi familia siempre me ha apoyado. (El padre de Pablo apunta que su hijo siempre estaba estudiando, «es algo que se lo tomó muy en serio»).

El día del examen ¿estaba nervioso?

Estaba bastante nervioso, pero supe controlarme. Aprobarlo ha sido el objetivo cumplido de mi vida.