Miles de murcianos (más de 5.000, según los organizadores) tomaron parte en la manifestación que tuvo lugar ayer en Madrid en protesta por la política económica del Gobierno, y en la que participaron ciudadanos de 15 comunidades y todo tipo de colectivos sociales. La marcha se distribuyó en ´mareas´ de color negro (servicios públicos); verde (educación); roja (CC OO); naranja (servicios sociales y dependencia); blanca (sanidad) y morada (asociaciones de mujeres).

Situar el final de la concentración en la Plaza de Colón evitó el agobio que siempre se produce en las protestas de la Puerta del Sol y logró que todas las marchas llegaran sin demasiado retraso, a pesar de las altas temperaturas que se registraban en Madrid. Los manifestantes de la Región, excepto los de IU que salieron del Paseo del Prado, tenían su punto de partida en la Puerta de Alcalá, al igual que los de la Comunidad Valenciana, que tuvo una de las representaciones más numerosas, junto con Andalucía.

A las 10.30 estaba fijada la salida, con un itinerario de unos 500 metros a lo largo de la calle Serrano, un trayecto que según algunos de los manifestantes les llevó «más de una hora de reloj». Los sindicatos UGT, CC OO y CSI-F mostraban en sus pancartas y camisetas la procedencia murciana, pero no se vio ninguna bandera de la comunidad, al contrario de lo que hicieron los valencianos, andaluces y vascos; aunque la más numerosa, con diferencia, fue la bandera republicana.

Según fuentes de los tres sindicatos, de la Región salieron un total de 74 autobuses. La anécdota se produjo por el reventón de una rueda que sufrió uno de los vehículos fletados por CSI-F, que afortunadamente no tuvo consecuencias.

Las distintas ´marchas´ fueron recibidas en Colón a los sones de «el pueblo unido jamás será vencido», convertido desde hace décadas en himno revolucionario. A la espera de los discursos, los manifestantes reponían fuerzas en las cafeterías de la plaza y de la calle Génova, que rara vez acogen una ´invasión´ sindicalista tan numerosa. La sede del PP, ubicada en la misma vía, se encontraba tomada por la Policía Nacional, que estableció una barrera que impedía acceder hasta el edificio, lo que se tradujo en gritos, pitadas, caceroladas y consignas contra Rajoy y su política económica.

«El balance es muy positivo, pero hace falta una reacción más enérgica por parte de la ciudadanía. No hay un seguimiento mayoritario por parte de la clase trabajadora», manifestó a LA OPINIÓN Juan Evangelista Martín Rodríguez, representante de UGT-Mar Menor en la Academia General del Aire, quien afirmó que «voy vestido de negro porque el presente está así para los funcionarios, y el futuro, aún más».

Entre los manifestantes se encontraba también una representación del personal civil de la academia militar con sede en San Javier, que temen por la estabilidad de su futuro laboral, ya que Defensa ha anunciado que sobran 5.000 trabajadores civiles y 15.000 militares en las plantillas de ese Ministerio, donde no se cubren las vacantes «pero, eso sí, los militares que al parecer sobran, son de tropa profesional, no en los altos mandos», aseguró Martín.