Los propietarios de los bonos patrióticos emitidos por la Comunidad Autónoma tendrán que esperar a su vencimiento para poder recuperar su dinero, dado que no tienen demanda. Estos títulos de deuda pública que el Ejecutivo murciano lanzó por primera vez en noviembre de 2011 para conseguir liquidez están fuera de los mercados secundarios y no registran operaciones de compra ni de venta. La Comunidad Autónoma realizó una nueva emisión el pasado mes de marzo y la acogida fue tan buena que tuvo que ampliar su importe de 100 a 150 millones. Entre las dos sumarán unos 300 millones.

Tampoco los bonos patrióticos andaluces registran movimientos, mientras que los de Cataluña y la Comunidad Valenciana cotizan por debajo de su valor de salida.

La Comunidad Autónoma tendrá que empezar a devolver a finales de este año el dinero obtenido a través de estas emisiones en una situación crítica, dado que las dificultades para acceder a los mercados financieros y la falta de liquidez han llevado a Murcia a tener que acogerse al Fondo de Rescate para hacer frente a sus pagos.

Una empresa de intermediación consultada por Efe recuerda que los bonos patrióticos tienen una percepción de riesgo mucho más alta que la del Estado, que ya de por sí es elevada teniendo en cuenta la situación de la economía. Ante la falta de liquidez del mercado financiero y las malas condiciones de las operaciones, la única salida para los inversores es mantener los bonos hasta su vencimiento, ya que su pago está asegurado de momento. «El Gobierno no va a permitir que las comunidades autónomas dejen de pagar su deuda porque ello supondría sembrar aún más dudas sobre la capacidad de pago de España», señaló el analista de CM Capital Markets Jorge Lage.

En el mercado secundario de deuda, donde los inversores negocian con los bonos patrióticos, las operaciones que se consiguen cerrar son muy reducidas. Además, los precios nunca alcanzan la inversión inicial por la necesidad perentoria de vender de algunos ciudadanos y «la existencia como únicos interesados de especuladores que ven la posibilidad de obtener una buena plusvalía», explicó el profesor de Economía del Instituto de Empresa, Juan Carlos Martínez Lázaro. Por esta razón cientos de miles de inversores españoles se encuentran atrapados en los bonos patrióticos ante la dificultad de venderlos en el mercado, donde apenas hay ofertas de compra y donde las transacciones se saldan incluso con pérdidas del 15%.

Por ejemplo, los bonos catalanes que se emitieron en abril de 2011 con un plazo de amortización de dos años se vendieron la semana pasada a un precio del 87,1% (con pérdidas próximas al 13% para el inversor inicial), lo que supone para el comprador una rentabilidad del 15,5 %, propia de los activos de alto riesgo.

En el caso de los bonos valencianos emitidos en diciembre de 2011 con vencimiento a un año, el rendimiento para los compradores llegó la semana pasada al 24,59%, mientras que el vendedor sufrió una pérdida cercana al 7%.