Los centros educativos de la Región de Murcia cuentan con un buen clima de convivencia, en el que los casos de conflictividad superan por poco el medio millar de casos.

Así lo explicó ayer el consejero de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca, tras el pleno del Observatorio para la Convivencia Escolar, donde se dio cuenta del Informe Anual de Convivencia en los centros de la Comunidad correspondiente al curso 2010-2011, que revela «un mejor clima de convivencia escolar, con mínimos históricos de conflictividad en nuestras aulas», según destacó Sotoca.

De esta manera, del informe se desprende que durante el curso pasado se registraron 512 conductas gravemente perjudiciales (apertura de expediente por cualquier agresión física o moral, la reiteración de conductas contrarias a las normas de convivencia, casos de indisciplina, injuria, u ofensa a los miembros de la comunidad, entre otras), de las que el 80% de los casos corresponden a la etapa de la

Enseñanza Secundaria, concentrándose en los dos primeros cursos. «En dichos cursos son alumnos con edades difíciles que están adaptándose», añadió el consejero.

Asimismo, Sotoca destacó que el número de conductas graves refleja «una incidencia baja, teniendo en cuenta que en el curso pasado había matriculados en los centros de la Región 215.046 alumnos, y porcentualmente supone un 0,24%».

En este sentido, aseguró que se trata del mismo porcentaje del curso anterior, «lo que supone la tasa más baja que hemos experimentado desde la entrada en vigor del Decreto que regula la convivencia escolar en la Región».

Otros datos que reflejan el informe es que, por género, la incidencia de las conductas gravemente perjudiciales manifiesta un porcentaje mayor de alumnos que de alumnas, siendo 424 expedientes abiertos a chicos y 88 a chicas. Por otro lado, Sotoca señaló que la consejería de Educación ha hecho un seguimiento específico de los tres expedientes por acoso escolar que se han registrado y que suponen dos menos que el curso anterior.

En cuanto a las medidas correctoras llevadas a cabo en los centros, el consejero nombró la realización de tareas educadoras para el alumnos fuera del horario escolar y la suspensión del derecho de asistencia a clase durante un periodo comprendido entre 6 y 30 días lectivos. Asimismo, destacó otra medida más rigurosa, como es la del cambio de centro.

Una medida «menos aplicada durante el pasado curso escolar, en un porcentaje del 11% de los casos». El Observatorio también analiza las evaluaciones llevadas a cabo por los miembros de la comunidad educativa, que, según Sotoca, han valorado satisfactoriamente el clima de convivencia en las aulas murcianas, otorgando, en una escala del 0 al 10, una puntuación de ocho puntos.

Una vez analizados los resultados del informe, el consejero también ha anunciado la puesta en marcha de otras propuestas de mejora, que se basará en las relaciones de las familias con el centro educativo para reducir las conductas contrarias a las normas de convivencia. Para ello, la consejería de Educación ha elaborado la guía Evitar los problemas de conducta de nuestro hijos, dirigido a las familias, «cuyo objetivo es promover recursos que ayuden a padres a desarrollar una implicación eficaz en el proceso educativo de sus hijos».

La guía, de la que se han editado 15.000 ejemplares y que se puede encontrar en cualquier centro educativo de la Región, contiene ideas sobre las características del ambiente familiar que necesitan los hijos, reflexiones sobre circunstancias que propician problemas de comportamiento y orientaciones útiles de actuación para evitar los problemas de conducta.

Otras propuestas se centrarán en «actuaciones específicas dirigidas a desarrollar entre los alumnos comportamientos que se consideren prosociales, de ayuda mutua entre el alumnado», tal y como puntualizó el consejero de Educación, Constantino Sotoca.

Acoso a través de la Red

En cuanto al acoso escolar a través de las nuevas tecnologías, el consejero de Educación aseguró no haber recibido ningún tipo de denuncia al respecto.

«Es muy difícil que los alumnos puedan hacer un mal uso de los ordenadores dentro del aula, ya que éstos están limitados solo a programas educativos», destacó Sotoca, quien manifestó que «es algo que se escapa del ámbito escolar».