­Los pacientes que necesiten renovar su tarjeta sanitaria tienen ahora mayores obstáculos que hace unos meses. La entrada en vigor del real decreto 16/2012 ha endurecido las condiciones para acceder a la atención sanitaria, aunque se garantice a todos los ciudadanos hasta el 31 de agosto y sólo a los españoles y extranjeros regulares a partir del 1 de septiembre. La laguna ha aparecido para aquellos a los que se les ha caducado la tarjeta sanitaria antes de que acabe el plazo y, para no ´pillarse los dedos´, desde los centros de salud han dejado de emitir este documento, remitiendo a los pacientes al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).

De esta forma, la Seguridad Social puede comprobar si la persona cotiza y si tiene derecho a una tarjeta como titular o si la tiene que tramitar como beneficiario o persona sin recursos. La representante de los enfermeros en la Red Ciudadana por la Salud (Recips), Emilia Salmerón, criticó ayer, durante la presentación de la campaña Sanidad para todos, que esta norma se haya aplicado previamente, ya que «desde el 1 de abril no se están tramitando tarjetas en los centros de salud, a lo que se une que en las Urgencias hospitalarias entregan a los extranjeros una factura, aunque tienen garantizada la asistencia», tal y como adelantó LA OPINIÓN. Una de los afectados por esta medida es Amine Ikibi, miembro de la Asociación de Usuarios de la Sanidad de la Región de Murcia, quien relató que «en el centro de salud de Alquerías no quisieron hacerme la tarjeta porque al estar parado no aparecía en el sistema y me remitían a la Seguridad Social», aunque días después le emitieron un justificante válido hasta el 31 de agosto, por lo que el 1 de septiembre ya no tendrá médico de cabecera.

Salmerón afirmó que «el real decreto 16/2012 tiene varias perversiones, ya que otorga a los profesionales la responsabilidad de aplicación de la ley, aunque no se le exime de su responsabilidad hacia el enfermo». De ahí que Jesús Abenza, representante de los médicos en la Recips, llegara a destacar ayer que «se está produciendo un desmantelamiento del sistema sanitario con una reforma que acarreará más endeudamiento». De esta forma, dijo que «la Sanidad está en venta y se ha convertido en una mercancía con la que especular. Pero aún no hemos llegado al punto de no retorno, por lo que podemos mejorar haciendo una inversión inteligente».