La noticia de la entrada de capital privado en la Gestora de Infraestructuras Sanitarias de la Comunidad Autónoma de Murcia –Giscarmsa– es realmente la crónica de una privatización anunciada. Fue hace unos días, cuando el ministerio de Hacienda publicó los planes de reequilibrio de las comunidades autónomas, y cuando por primera vez el Gobierno regional reconocía, a través de su inclusión en el texto, la privatización de la empresa pública, que pasó a ser sociedad mercantil.

La estrategia, como ya adelantó LA OPINIÓN, fue el cambio que se hizo en el año 2007, al incluir en la ley de presupuestos la modificación de su naturaleza y convertirla en una sociedad mercantil, con lo que se abría la puerta a la entrada de capital privado.

En aquella ocasión desde la Administración negaban de forma rotunda que este movimiento tuviera tal fin, huyendo de que se les relacionara con el movimiento privatizador de Alzira, en Valencia. Sin embargo, desde el ámbito sanitario llegaron a afirmar que había algunas empresas interesadas en participar como accionistas, entre las que se encontraba una entidad financiera.

Es ahora, cuando la situación aprieta y es necesario reducir los gastos y hacer caja con cualquier cosa que haya a mano, cuando la vista se ha dirigido a Giscarmsa, que se ha encargado, a través de adjudicaciones, de levantar los dos nuevos hospitales de Cartagena y el Mar Menor, así como el Maternal de la Arrixaca.

El modelo de gestión de los centros sanitarios costeros creó recelos que aún se mantienen, aunque la gerente de Giscarmsa en aquel momento, Inocencia Gómez, afirmó que era «una gestión novedosa que merecía la pena». Incluso, pese a las diferencias, se llegó a comparar a Murcia con Madrid o la Comunidad Valenciana, donde se apostó por dejar en manos privadas algunos servicios hospitalarios.

Ahora, unos años después, el Ejecutivo murciano publica que se van a enajenar el 49% de las acciones de Giscarmsa, «medida que, si bien no afecta al déficit público al imputarse al Capítulo 8 de ingresos, permitirá dotar de mayor liquidez a la tesorería regional», como recoge el Plan de Reequilibrio. Desde Sanidad dicen que aún no se ha previsto cómo se producirá la entrada de capital privado en las acciones de Giscarmsa, pero muchos miran a Castilla-La Mancha y Valencia, donde ya han anunciado que dejarán en manos de empresas externas hospitales y centros de salud. Será una premonición.