El grupo de investigación de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia lleva adelante multitud de proyectos "punteros" en los que emplea células madre adultas con el objetivo de intentar reparar huesos, acelerar la cicatrización de grandes heridas y evitar amputaciones de piernas afectadas por isquemia crítica.

Por ejemplo, los doctores de este departamento en colaboración con el doctor Garcia Puente, del Servicio de Cirugía Vascular de la Arrixaca, han logrado evitar una casi segura amputación de las extremidades inferiores a siete pacientes que padecían isquemia crítica, gracias a la implantación de células madre procedentes de la médula ósea, según ha hecho saber a Europa Press el catedrático de Hematología y coordinador del Grupo, José María Moraleda.

En concreto, el equipo ha intervenido dentro de un ensayo clínico fase I-II a siete pacientes con isquemias muy avanzadas que no habían respondido a otros tratamientos, y se ha logrado evitar la amputación en todos ellos. Estos pacientes, que habitualmente son diabéticos muy avanzados suelen tener serios problemas vasculares y se pueden quedar sin dedos, e incluso pueden llegar a perder toda la extremidad.

Este proyecto, en el que colaboran también el Hospital Clínico de Salamanca y la Clínica Universitaria de Navarra, consiste en inyectar en los músculos de la extremidad enferma células madre progenitoras endoteliales que se han extraído de la médula ósea tras complejas técnicas de movilización y selección celular.

Estas células son capaces de favorecer la generación de nuevos vasos en un proceso que se llama angiogénesis, lo que evita en ocasiones amputar las piernas de los pacientes.

Los investigadores dicen estar "muy esperanzados" con los resultados de este estudio preliminar, y ya trabajan en nuevos tipos de células madre adultas modificadas por técnicas de ingeniería celular para mejorar su eficacia y facilitar su llegada a los tejidos críticos, lo que abrirá las puertas a nuevos ensayos clínicos con participación de grupos europeos en el futuro.

LESIONES OSTEOARTICULARES

El equipo de Moraleda también lleva adelante otra investigación en el área osteoarticular, con el doctor Luis Meseguer como investigador principal. En este caso, se aplican las células madre de la médula ósea para lograr una apropiada cicatrización de fracturas de huesos, que no pueden repararse de ninguna otra manera por procedimientos o técnicas convencionales.

Para ello, los médicos de la Arrixaca utilizan andamiajes cerámicos porosos modificados que actúan como soporte o envoltorio para las células madre, que de este modo están más estimuladas para transformarse en las células encargadas de formar hueso (osteoblastos).

Los doctores de este grupo de investigación han reconstruido ya con éxito huesos de una treintena de pacientes. En concreto, se ha aplicado con éxito a más de 25 pacientes con osteonecrosis, y se ha practicado igualmente con éxito en determinados casos de fracturas más complejas.

Habitualmente, este tipo de técnica se emplea en grandes fracturas complejas de huesos largos (fémur, tibia, humero, etc.), en las que después de varias intervenciones quirúrgicas fracasa el proceso natural de cicatrización (consolidación), añade Moraleda.

Estos tratamientos experimentales siempre se prueban primero en modelos animales, para ver si son seguros y eficaces. Posteriormente se ensayan en los seres humanos tras obtener los permisos de la Agencia Española del Medicamento y de los comités de investigación de los hospitales.

Los científicos de La Arrixaca trabajan siempre con estas premisas y en el contexto de ensayos clínicos, es decir, siguiendo las normas de la buena práctica clínica, con todas las autorizaciones de la Agencia Española del Medicamento y de las sociedades científicas implicadas, y por supuesto, con el consentimiento informado previo del paciente, indica Moraleda.

Otro biomaterial en el que están muy interesados, para estas investigaciones, es una proteína (fibroina) aislada de la seda, con la que se pueden construir andamiajes bi-tridimensionales muy resistentes y adecuados para facilitar el crecimiento de las células madre.

La seda se obtiene del gusano de la seda, y su aplicación en estos modelos experimentales de regeneración del tejido óseo es el resultado de una estrecha colaboración con investigadores del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (IMIDA), liderados por José Luis Cenis.

Y es que la seda es muy resistente y flexible, por lo que es excelente para fabricar andamiajes aplicables a la terapia celular. Además, otra de las ventajas de este biomaterial, es que es biocompatible (no hay rechazo) y reabsorbible, es decir, que se mantiene inicialmente pero se elimina cuando el hueso se ha terminado de formar y el envoltorio "tiene que desaparecer".

Actualmente se están realizando experimentos en modelos animales que indican que las células crecen muy bien en este andamiaje de ingeniería tisular, e incluso se está desarrollando un modelo de mallas de fibroina con carga electrónica para mejorar su funcionalidad en un proyecto conjunto con el Profesor Otero de la Universidad Politécnica de Cartagena.

Los científicos de la Arrixaca también han diseñado y ensayado otros materiales sintéticos novedosos capaces de interactuar directamente sobre la célula madre y transformarla para que inicie la fabricación de hueso antes de ser implantado, en colaboración con los institutos de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche y de la Cerámica del Consejo Superior de Investigaciones Científica de Madrid.

GRANDES HERIDAS

Asimismo, el equipo de Moraleda, en colaboración con los Servicios de Cirugía y de Ginecología de la Arrixaca, en un proyecto que tiene como investigador principal al profesor Gregorio Castellanos del Servicio de Cirugía, también pretenden epitelizar las grandes heridas empleando células madre de la membrana amniótica, es decir, la membrana que envuelve a los recién nacidos y que habitualmente se desecha.

Los resultados en cuatro casos de grandes heridas abdominales, granuladas con terapia de presión negativa y epitelizadas con membrana amniótica, han sido muy favorables y los pacientes no han precisado injertos de piel.

Estos pacientes tenían heridas extensas y profundas, con importantes pérdidas de tejido subcutáneo, producidas por traumatismos o como consecuencia de infecciones u otras complicaciones, situadas en el abdomen o en las extremidades.

Tras la granulación de la herida, la membrana amniótica se aplica directamente sobre la herida y las células madre de la membrana amniótica y las señales que emiten por medio de factores de crecimiento y otras moléculas tróficas, favorecen la epitelización de la herida.

Los investigadores han comprobado un potente efecto anti-inflamatorio, anti-infeccioso y facilitador de la epitelización de la membrana amniótica, lo que favorece la curación de grandes heridas.

La doctora Carmen Insausti y el doctor Francisco Jose Nicolas, miembros de este grupo, están llevando a cabo estudios celulares y moleculares para conocer más a fondo los mecanismos implicados en el proceso de epitelización, y estos conocimientos podrían aplicarse en el futuro a otras patologías.