El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se dio ayer por la mañana un baño de masas en Murcia ante unos 3.000 compatriotas, en una visita relámpago a la Región procedente de Turquía en la que, además, aprovechó para grabar desde el pabellón Príncipe de Asturias su programa televisivo semanal Enlace ciudadano.

Correa llegó a su cita con el colectivo ecuatoriano cerca de las 10 de la mañana, y su entrada al pabellón fue similar a la de una ´estrella´ del rock. Mientras sonaba música de su tierra natal, el popular mandatario llegó al recinto y una marea humana se abalanzó sobre él, estrechándole la mano, vitoreándole, intentando besarle y haciéndole regalos. Sin perder en ningún momento la sonrisa, el presidente se abrió camino como pudo hasta el escenario, donde comenzó el programa sabatino agradeciendo su presencia «a todos los que han sacrificado un día de fiesta y se han desplazado desde muy lejos para estar aquí».

No en vano, una veintena de autobuses se habían desplazado de todos los rincones de la Región, e incluso de España, para acudir a la cita. Los miles de asistentes al evento no solo procedían de Lorca, Torre Pacheco, Fuente Álamo o Alhama de Murcia, sino también de Barcelona, Alicante, Valencia, Zaragoza, Sevilla o Valladolid.

El presidente se dirigió a la comunidad ecuatoriana inmigrante, que en Murcia suma cerca de 50.000 personas, para prometerles que «los que quieran volver serán recibidos con los brazos abiertos». Correa subrayó que su Gobierno «no puede hacer milagros», pero que los ecuatorianos que regresen «contarán con todo mi apoyo. Juntos podremos superar cualquier obstáculo».

«Estamos construyendo una patria de donde nadie necesite salir, como han tenido que hacer ustedes», añadió el mandatario, que respondía de esta forma a una de las preocupaciones más frecuentes entre la comunidad ecuatoriana: la difícil situación laboral en la que se encuentran actualmente en España, donde las cifras de desempleo en este colectivo alcanzan el 27%. Un problema que solo el año pasado provocó que más de 11.000 ecuatorianos regresasen a su país de origen.

En este sentido, Correa se refirió también al problema del impago de hipotecas, otro de los que más interesaban a su audiencia. Respecto a esto, aseguró que «desde hace tres meses el Consulado ha establecido un servicio de asesoría jurídica» para ayudar a las familias ecuatorianas afectadas.

El grueso de su parlamento, sin embargo, estuvo dedicado a su reciente viaje oficial a Turquía, dando detalles sobre las visitas y encuentros que había llevado a cabo en el país y elogiando la disposición de su Gobierno a facilitar acuerdos con empresas privadas.

«La inversión extranjera privada es bienvenida en Ecuador», señaló Correa, que se mostró firme respecto a su intención de «los que dominen en nuestro país sean los ciudadanos, no los grandes capitales». Esta política, denominada por el propio dirigente como ´revolución ciudadana´, «no la parará nada ni nadie», según el líder sudamericano, que indicó que «nos hacía falta tras la crisis del 99, cuando ustedes tuvieron que abandonar su patria mientras los banqueros se enriquecían». Correa añadió que «el gran desafío es continuar con el progreso sin someternos al poder de los mercados ni a la soberanía del capital».

Tras el acto, Rafael Correa salió hacia Madrid, donde se reunió con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, antes de reanudar su viaje hacia Ecuador. Mientras, los que lo vieron en Murcia disfrutaron de un almuerzo que, no obstante, no les llenó tanto como la despedida de su presidente: «No siempre podemos estar presentes con ustedes, pero les llevamos siempre en el corazón».