Los ansiolíticos se están convirtiendo en el refugio de los parados. Las duras condiciones a las que se enfrentan los miles de murcianos que se quedan sin trabajo cada mes hacen que surjan problemas como depresión, ansiedad y estrés y que la visita a la consulta del médico de familia para tratarse con antidepresivos haya aumentado de forma considerable. Así lo asegura el presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria (Smumfyc), Juan de Dios González Caballero, que atribuye el incremento de la prescripción de fármacos antidepresivos a los altos índices de desempleo y a la situación de incertidumbre económica.

«La crisis económica y social actual está desencadenando un significativo incremento de los casos de ansiedad, depresión y estrés entre el colectivo de personas en situación de desempleo, pero también entre los empleados», explicó a LA OPINIÓN, ya que no solo acuden a la consulta los parados sino también empresarios que no pueden hacer frente a sus pagos por las deudas que la Administración tiene con ellos. En muchos casos, el cuadro se repite. Los pacientes con depresión, según González Caballero, suelen presentar un bajo estado de ánimo y una disminución o pérdida de interés por las cosas.

«Los signos de alerta son muy variados, pues, por ejemplo, la depresión puede conllevar una disminución de peso por la pérdida de apetito, alteraciones del sueño o sensación de falta de energía vital, además de pensamientos de inutilidad o de culpa excesivos y poca capacidad de concentración en actividades intelectuales». Los médicos de familia tienen un papel clave en la detección y derivación precoz de estos pacientes, cuyo perfil es el de hombres o mujeres de mediana edad, sin excluir ninguna condición sociocultural, quienes además de un tratamiento farmacológico, precisan de un espacio de escucha donde puedan exponer problemas y ser orientados para resolverlos.

Según los médicos de familia, los fármacos más demandados suelen ser los ansiolíticos y, en concreto, las benzodiacepinas, cuyo uso se recomienda a corto plazo y bajo prescripción facultativa. «No es recomendable tomarlos durante un periodo superior a un mes y medio, ya que pueden crear dependencia», indicó el presidente de Smumfyc. Al tiempo que detalló que si el tratamiento con los antidepresivos no da resultados se deriva al paciente a los especialistas de salud mental.

No obstante, el mayor consumo de antidepresivos no se debe solo a la situación económica actual, ya que la aparición de nuevos fármacos, con menos efectos secundarios, unido a la crisis ha tenido un impacto importante sobre la salud de los españoles, llegando a multiplicar su demanda. Las alteraciones afectivas, la ansiedad, la depresión, así como los trastornos adaptativos son los principales motivos de prescripción de psicofármacos en la consulta del médico de familia. El tratamiento farmacológico, en caso de que se prescriba, siempre debe ir acompañado de psicoterapia de apoyo. Es decir, hay que ofrecer al paciente un espacio de escucha en el que pueda exponer confidencialmente sus problemas y en el que se le oriente acerca de cómo poder afrontarlos. Por ello, desde Smumfyc recuerdan que los médicos de familia tienen un papel clave en la detección y manejo de todos los trastornos mentales, incluyendo a pacientes con alteraciones de carácter psicótico.

Cuando las benzodiacepinas se toman de manera prolongada no siempre resulta fácil retirarlas debido a la dependencia que generan. Los antidepresivos, en cambio, no producen esa adicción pero sí pueden provocar un síndrome de abstinencia si se dejan de tomar de repente. Por eso se debe hacer de manera paulatina.