La inflación regional se ha moderado notablemente en los meses finales del año, atenuando las tensiones inflacionistas registradas en el primer semestre. De esta forma, el Índice de Precios de Consumo (IPC) registró en diciembre un aumento interanual del 2,2%, la cifra más baja del año, que además se sitúa dos décimas por debajo de la media nacional (2,4%), según datos del Instituto Nacional de Estadística.

La mayoría de los grupos que componen la cesta de la compra presentaron un patrón muy moderado a lo largo de 2011. Incluso dos de ellos registraron tasas negativas. En concreto, los precios en Comunicaciones cayeron un 1,6% en el último año y, sobre todo, Medicina, cuyos precios bajaron un 4,9% por la entrada en vigor del decreto de prescripción de medicamentos genéricos.

En este sentido, la evolución al alza de los precios durante la mayor parte del año se explica por la dinámica desfavorable de determinados grupos ajenos a la propia dinámica de la economía nacional o regional. El precio del petróleo ha vuelto a obstaculizar la recuperación económica, en tanto que el grupo Transportes presentó un incremento del 5,4% a lo largo de 2011. Del mismo modo, los gastos asociados a la Vivienda aumentaron un 5,3% por la subida de la luz y otros suministros. Finalmente, Bebidas Alcohólicas y Tabaco también registró un notable avance (+3,6%).

En comparación con noviembre, la tasa de variación del IPC fue nula en la Región de Murcia, frente a un aumento del 0,1% en España.

Por otra parte, si se descuenta el efecto de aquellos componentes más volátiles de la cesta de la compra –alimentos no elaborados y productos energéticos-, la evolución de los precios ha sido aún más moderada. En particular, la denominada inflación subyacente se aumentó un 1,4% anual en la Región de Murcia, una décima menos que la media española (1,5%).

Se necesitan reformas valientes que no lastren más la actividad

En definitiva, el crecimiento de los precios en los primeros meses de 2011 estuvo determinado por el aumento de determinados impuestos –por ejemplo sobre el tabaco- y por la evolución del precio del petróleo, circunstancias externas en cualquier caso a la dinámica empresarial.

Una vez que el efecto de ambas variables se ha ido diluyendo, el IPC ha reflejado en mejor medida la situación actual de la economía nacional y regional, caracterizada por la debilidad de la demanda y la reducción de los márgenes empresariales.

De este diagnóstico deben partir las medidas a adoptar para no empeorar aún más la situación, y que pasan inevitablemente por fijar una evolución de los salarios realista y ajustada al contexto económico.