Uno de cada tres dependientes, es decir, 312.244 personas en todo el país, tiene derecho a cobrar una prestación por dependencia pero no la cobra, una proporción que se agrava en el caso de Canarias (el 57,9 % de los afectados), Galicia (45,4 %) y Comunidad Valenciana (42,1 %), y que en Murcia se sitúa en el 31%. Según el estudio hecho a nivel nacional, la situación no es mejor en Baleares, donde el 38,7 % de los dependientes no recibe atención, seguida de Cataluña, con el 34,7 %; de Aragón y Extremadura, ambas con el 33,3 %, Asturias (30,6 %) y Castilla-La Mancha (30 %).

Por debajo del 30% en este particular ranking se encuentran Andalucía (28,8 %), Navarra (24,8 %), Madrid (17,5 %), País Vasco (15,4 %), Cantabria (14,4 %), La Rioja (13,4 %), Ceuta y Melilla (9,1 %) y Castilla y León (7,5 %).

El presidente de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, José Manuel Ramírez, indicó que estos «vergonzosos porcentajes» son un reflejo de lo que se conoce como el «limbo de la dependencia», es decir, el número de beneficiarios que tienen derecho a estas ayudas pero que aún están esperando a que sus autonomías aprueben el Plan Individualizado de Atención (PIA), requisito necesario para recibir estas prestaciones.

Actualmente, el sistema de dependencia cuenta con 741.713 beneficiarios, que son personas y familias que reciben prestaciones y servicios por derecho reconocido. Sin embargo, según precisa Ramírez, en este último año el promedio mensual de beneficiarios ha sido de 6.649 (tres veces menor que en años anteriores). Además, para Ramírez resulta «preocupante» que la tendencia desde mayo de este año haya sido decreciente y que en el último mes la variación haya sido negativa, lo que significa que mueren más dependientes de los que ingresan en el sistema. De hecho, en el último semestre de 2011, sólo el País Vasco, Andalucía, Madrid y Castilla y León han aumentado el número de beneficiarios, aunque moderadamente, mientras que en las restantes autonomías las nuevas incorporaciones se han frenado o incluso caído. Ramírez advierte también de que desde que se puso en marcha el sistema de dependencia, hace un lustro, éste ha sido el primer año en el que el gasto se ha reducido. En 2011 han fallecido 60.000 grandes dependientes, según precisó Ramírez.