La contaminación atmosférica, aunque tiene especial incidencia en las zonas urbanas por los efectos del tráfico y las industrias, también se ha convertido en una amenaza para la agricultura, sobre todo en el caso del ozono troposférico. Los daños a los cultivos agrícolas causados por el ozono es un problema bien documentado en el sur de Europa y puede ser catastrófico para los agricultores, según recoge un estudio realizado por especialistas griegos. El informe recoge que el daño por el ozono «puede reducir tanto el rendimiento del cultivo y la calidad, como la reducción del valor de la cosecha. El efecto del ozono en las plantas varía en función de muchos factores, como edad de la planta, los niveles de luz, humedad y condiciones del suelo, pero los estudios indican que la combinación de niveles máximos de ozono y la duración de la exposición a altos niveles son los factores más importantes».

Al respecto, el estudio recoge los efectos de un episodio de contaminación por ozono en los cultivos griegos en 1998. La contaminación provocó entonces la pérdida del 100% de cultivos de lechuga y achicoria en el área Acharnes de Grecia. Los cultivos más sensibles al ozono, como el algodón, la lechuga y los tomates, sufrieron las mayores pérdidas en la agricultura. Los impactos económicos también fueron dominados por el algodón y el tomate, con daños de 9 millones y 16 millones de euros. El costo económico de los daños al trigo y el arroz también fue significativo, 4 millones de euros cada uno. Las pérdidas totales se estimaron en 42 millones.