«No es un hombre que hable mucho». Así respondieron varios de los dirigentes del Partido Popular murciano cuando este diario les solicitó, hace unos días, que trataran de definir a Simón Alcaraz Alcaraz, alcalde de Aledo, quien fue detenido el pasado martes por agentes de la UCO de la Guardia Civil por un supuesto caso de corrupción en su municipio. Y es que, aunque lleva en el cargo desde 1991 –el vicedecano de los alcaldes de la Región por detrás de Fernando Molina Parra, de Abanilla–, Alcaraz no es muy popular entre los ´populares´, que le han suspendido de militancia hasta que se aclare su situación judicial.

Quienes le conocen en el PP sí destacan de él que es «un hombre muy tranquilo, de pocas palabras, y con un aire campechano, humilde y muy ´bonachón´». También que en los últimos años parecía un alcalde a la sombra de su segundo de abordo, el concejal Antonio Alcaraz, quien ha sido igualmente arrestado por los agentes de la Benemérita en el marco de la Operación Líber. Era el edil quien mantenía las relaciones institucionales del Ayuntamiento y el que, por ejemplo, acudía a la mayoría de reuniones de la Mancomunidad Turística de Sierra Espuña, a la que Aledo pertenece. Simón Alcaraz nació el 19 de septiembre de 1958 en Aledo y accedió a la alcaldía de su pueblo con apenas 32 años, en 1991, antes incluso de que Ramón Luis Valcárcel –su gran referente político, como ha confesado en distintas entrevistas– accediera a la presidencia de la Comunidad, en 1995. Ha ganado después cinco elecciones consecutivas, siempre consiguiendo la mayoría absoluta.

Tantos años al frente del entrañable edificio consistorial de Aledo –junto al castillo y a la iglesia de la localidad– hacen que en el pueblo pocos recuerden a qué se dedicaba exactamente antes de su etapa política. «Creo que era obrero de la construcción y hacía sus ´chapucillas´. Me viene a la memoria su imagen, con su característico mostacho, colocando las bombillas del alumbrado de las fiestas», asegura una persona de Aledo. Es padre de tres hijos, un chico y dos chicas. Sus vecinos le consideran «un hombre casero, al que no le gusta mucho salir por ahí y que pasa gran parte de su tiempo libre en un terreno que tiene en el campo de Aledo. Tiene especial locura con su hija María Rosa», apuntan.

En Aledo también destacan que su alcalde tiene un gran gusto por la gastronomía. Quizás más del que debería, pues desde hace años padece diabetes y problemas cardiovasculares. Sufrió una angina de pecho durante la segunda noche que pasó en los calabozos de un cuartel de la Guardia Civil en Murcia tras su arresto. Debido a su estado de salud, por ahora se librará de declarar ante el titular del juzgado de instrucción número 6 de la capital, que instruye el caso Líber, ya que se encuentra ingresado en el hospital comarcal Rafael Méndez de la vecina ciudad de Lorca. «No es una persona que se cuide mucho, no le ves por ahí con chándal y haciendo deporte. Más bien, se desplaza en coche a todos sitios», asegura una vecina de Aledo.

Pero poca gente de su pueblo ve a Simón Alcaraz como un político corrupto. «Si se ha llevado dinero del Ayuntamiento, lo tendrá guardado, porque ni él ni su familia son ostentosos. Son gente sencilla y normal, para nada lujosa». En cambio, para otros vecinos poco afines al partido del alcalde era de esperar que cualquier día apareciera la Guardia Civil por el pueblo, «porque algo raro pasaba en el Ayuntamiento, estaba claro».

En una entrevista en LA OPINIÓN, Simón Alcaraz se refería a sí mismo como «una persona cariñosa que siempre escucha a los demás». Su edad no le ha hecho vivir al margen de las nuevas tecnologías y tiene un perfil en Facebook. Y ahí muestra sin complejos su ideología política. Confiesa que es admirador del programa televisivo El gato al agua, de Intereconomía, donde habitualmente Zapatero y Rubalcaba salen muy mal parados. Un día, durante el Auto de Reyes del 6 de enero, mostró a esta redacción una foto que tiene en su despacho de alcaldía junto a otro de sus ídolos políticos, José María Aznar. «Bigote con bigote», afirmó con una gran sonrisa.