Un 10% de la población adulta de la Región de Murcia está desprotegida frente a enfermedades como la rubeola, el sarampión o las paperas, pudiendo ser una fuente de infección para los menores. Concretamente, se trata de personas mayores de 40 años que no conocen su estado inmunitario frente a algunas enfermedades como la varicela, la rubeola o el sarampión, con el riesgo que ello implica.

De hecho, los últimos casos de tos ferina que se han dado en nuestro país corresponden a niños de 2 meses, a los que todavía no se ha empezado a vacunar, que contrajeron la enfermedad de su entorno familiar. Así se puso de relieve en el Curso de Verano Vacunas para el Siglo XXI, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en colaboración con el Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA).

«En general, el seno familiar puede ser un foco importante a la hora de transmitir algunas enfermedades», señaló el profesor Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad Rey Juan Carlos y miembro del GEsVA. En esta misma línea, el profesor José Ramón de Juanes, jefe de servicio de Medicina Preventiva del hospital 12 de Octubre, añadió que «todos los adultos deberían comprobar su estado inmunológico frente a enfermedades como la difteria, el tétanos y la tos ferina», ya que se ha visto cómo éstas van en aumento y son algunas de las que los mayores pueden transmitir a los niños.

Tal y como explicó el especialista, «si un adulto contrae una enfermedad, cuanto más tiempo esté en contacto con niños que no han podidos ser vacunados por edades, u otros motivos, más posibilidades tienen los pequeños de ser candidatos a tener las enfermedades».

Éste es uno de los motivos por el que los especialistas recomiendan a los adultos con niños pequeños o lactantes en su entorno que se pongan al día en la vacunación si no han pasado estas enfermedades.

Sin embargo, tal y como indicó el doctor José Luis Cañada, miembro del GEsVA, las vacunas no son un motivo de consulta habitual al médico, salvo cuando se va a viajar al extranjero y la mayor parte de las veces acuden cuando ya han consultado a sanidad exterior. Por este motivo, instó a la población a que considere al profesional sanitario como «la fuente de información para saber en qué consiste la vacunación, qué se puede prevenir y lo que supone». Además, señaló que el médico de Atención Primaria debe velar por que los adultos tengan bien cubierto su calendario vacunal. «Debemos insistir en la idea de que la vacuna también favorece a la salud de los que están en su entorno», subrayó.

De la madre al hijo

Por otro lado, el doctor De Juanes ha señalado a la posibilidad de transmisión de enfermedades entre madre e hijo cuando la primera no está vacunada. «Por ejemplo, la transmisión de la rubeola al no nacido (rubeola congénita) o al bebé que todavía no ha sido vacunado», explicó. Y es que su experiencia indica que todavía hay mujeres que llegan al parto y no están inmunizadas, principalmente frente a rubeola «y en algunos casos es incluso el segundo o tercer embarazo», especificó.

Por este motivo, animó a tener en cuenta la vacunación en los programas de la mujer fértil y sobre todo antes del embarazo. En este caso, explicó que «mediante un control serológico se puede identificar los patógenos frente a los que la mujer está inmunizada. Si el resultado es negativo se debe proceder a su vacunación mediante una vacuna triple vírica si aparece que no tienen anticuerpos frente a sarampión o rubeola, antes de que pueda quedar embarazada».

De Juanes hizo especial hincapié en que profesionales sanitarios, trabajadores de guarderías y, en general, todas las personas que estén trabajando, cuidando o en contacto con niños menores de 6 meses que no pueden ser inmunizados, tengan el calendario vacunal actualizado. Asimismo, en el caso concreto de la gripe, incluye a los cuidadores y personas que conviven con los más mayores.