El cuartel de la Guardia Civil de la pedanía murciana de El Palmar fue asaltado hace unos días, cuando permanecía cerrado por la medida implantada el pasado 15 de junio de reducción de horarios de apertura de treinta de los cuarenta puestos de la Región de Murcia.

Los asaltantes sustrajeron objetos personales de un agente, al acceder a uno de los pabellones del recinto. El guardia civil interpuso una denuncia en el propio cuartel, según fuentes cercanas a la investigación. Por la estructura del acuartelamiento de El Palmar, los cacos entraron a un pabellón, pero no al cuartel, donde, de haber robado, las consecuencias hubieran sido peores, ya que en el interior se guardan armas e, incluso, objetos y material incautado en operaciones de la Benemérita, como drogas.

El asalto se produjo cuando el cuartel permanecía cerrado, ya que actualmente este puesto solo abre sus puertas tres días a la semana, los lunes, miércoles y viernes, y en horario de nueve de la mañana a dos de la tarde. Cuando se implantó la medida de la reducción de horario de cuarteles murcianos, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) expresó su temor a que se produjeran daños o robos en los puestos. «Además del riesgo de que entren a los cuarteles a robar, algo muy peligroso teniendo en cuenta las armas que se guardan en los cuarteles, existen otros riesgos derivados de la falta de vigilancia en los puestos que permanecen cerrados más de medio día, como que pongan una bomba», indicaron desde AUGC.

Aunque los cuarteles de la Benemérita tienen instaladas cámaras de seguridad, en la mayoría de los puestos las grabaciones no se visionan en directo, por lo que las imágenes servirían para tomar acciones a posteriori en caso de que se produjera un incidente.

«La función del agente custodiando las puertas de los cuarteles de la Guardia Civil es muy importante para la seguridad del recinto, ya que hay que tener en cuenta que en los acuartelamientos de la Benemérita hay armas, que en caso de robo, pueden ser usadas por un delincuente», apuntaron desde AUGC.

Además de la falta de seguridad en los cuarteles cerrados, la asociación asegura que los objetivos que se pretendían alcanzar con la reducción de horarios de los puestos no se han conseguido. La delegación del Gobierno apostó por esta medida para «mejorar la seguridad ciudadana y la eficiencia de personal», al suponer un «incremento de vigilancia en las calles, porque los agentes están patrullando en vez de estar sentados en una oficina, en algunas localidades, sin que los ciudadanos acudan a poner denuncias». Desde la delegación mantienen los argumentos para implantar esta medida, pero AUGC pide la retirada de la misma, que ellos achacan a la «falta de personal» y que, para la asociación, supone «un perjuicio en el servicio a los ciudadanos».

«El delegado del Gobierno dijo que, en caso de que un ciudadano acudiera a un cuartel cerrado para interponer una denuncia, los agentes regresarían al puesto para atenderlo y tramitarla, de forma que, cuando esa situación se produce, los guardias dejan de vigilar las calles para estar en el cuartel». «Solo en instruir una denuncia por violencia de género se van cuatro horas», se lamentan desde la Asociación.