El año 2008 marcó un punto de inflexión en las estadísticas de suicidios en Murcia ya que, por primera vez, el número de personas que decidieron quitarse la vida (115) superó al de las víctimas por accidente de tráfico (108). Pero son muchas más las que lo intentan, entre 900 y 1.000 personas cada año, lo que supone una media de tres al día, según datos que maneja la subdirección de Salud Mental de la consejería de Sanidad y Consumo de Murcia. Estas cifras nos sitúan por encima de la media en tasa de suicidios (6,7 por cada 100.000 personas, frente al 6,5 nacional).

Este cambio de tendencia, que también se ha materializado en el resto del país, es resultado, por un lado, del imparable descenso en el número de víctimas por accidentes de carretera experimentado en los últimos años, fruto de las cada vez más duras campañas de control y sanciones de la Dirección General de Tráfico, y, por otro, del aumento en el número de personas que deciden quitarse la vida en el contexto de una crisis que dura ya más de tres años.

De hecho, las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un ‘pico’ en el número de suicidios entre los años 2006 (93) y 2007 (101), justo al comienzo de la crisis, un aumento que fue especialmente relevante a nivel nacional (de 2.017 muertes se pasó a 3.263 en sólo un año).

Y, aunque es difícil elaborar un perfil del suicida, lo que está claro es que los hombres triplican a las mujeres que deciden quitarse la vida. Sólo en 2008, último año del que el INE tiene estadísticas al respecto, se suicidaron en Murcia 115 personas, 86 de ellas hombres y 29 mujeres. Y de ellos la inmensa mayoría son extranjeros.

También resulta complicado establecer una edad más proclive al suicidio, aunque la mayoría se engloba en la franja de los 30 a 44 años, con especial incidencia en los comprendidos entre los 40 y los 44 años. El suicidio es prácticamente inexistente entre los menores de la Región y también entre los centenarios o casi centenarios, según las estadísticas.

En cuanto al medio empleado para quitarse la vida, las cifras no dejan lugar a dudas sobre las preferencias en Murcia. De los 115 suicidios registrados en la Región, 61 lo fueron por medio del ahorcamiento, seguido del salto al vacío (17), las drogas (9) o el disparo (4).

Aunque las diferencias no son muy significativas, el mes de mayo marcó en 2008 un pico en el número de suicidios (13) que volvió a repetirse en septiembre (12), con el inicio del otoño.

Tampoco hay una tendencia fija en los días más proclives al suicidio, aunque los médicos que atienden los casos de las personas que han intentado quitarse la vida, han detectado que los días se la semana en los que hay más casos son los sábados y los lunes, mientras que en domingo la cifra cae significativamente.

Los expertos coinciden en señalar que, pese a haberse convertido en la primera causa de muerte no natural en España, sigue existiendo «un silencio, social, mediático y político» en torno al suicidio, un fenómeno sobre el que reflexiona el sociólogo José Carlos Pérez en su último libro ‘La mirada del suicida. El enigma y el estigma’. Pérez indaga en este silencio y hace un recorrido histórico acerca de cómo ha sido contemplado el suicidio a lo largo de los siglos, según comenta en declaraciones a Efe.

«Primero se consideró un delito, luego como un pecado, para pasar a convertirse en una afección mental pero que está todavía muy teñida de esas categorías previas de condena», sostiene Pérez. Este sociólogo abunda «sobre el silencio social, mediático y también político que hay en torno al suicidio y del que nadie habla», y apuesta porque esta realidad salga a la luz.

«Yo no tengo una fórmula para que disminuyan los suicidios pero urjo a las instituciones a que reflexionen de manera adecuada y pongan en marcha planes de actuación», subraya el sociólogo, quien aboga porque este drama «esté en las agendas políticas, sanitarias y sociales» de los gobiernos. El autor también «se pone en la piel» de aquellos que han vivido muy de cerca el suicidio y «que lo callan y ocultan porque es un tema tabú», lo que a su juicio provoca que estas personas tengan más complicado el duelo y la superación de la pérdida.