­«Las nuevas tecnologías irrumpen con fuerza en nuestras vidas, y suscitan una capacidad de dependencia innegable, por ello las generaciones más veteranas se encuentran con un muro difícil de derribar». Pese a todo, «los abuelos y las abuelas del siglo XXI también se montan en el barco de las nuevas redes, ya sea a través de los blogs donde comparten aficiones, publican sus recetas tradicionales, o entran en el mundo de las redes sociales, en el que

las mujeres también van a la cabeza. Cada vez son más los mayores que se lanzan al universo de Internet».

Este fue uno de los asuntos que abordó ayer Santiago Moreno, director general de la fundación Vodafone, en la ponencia sobre cómo acercar las redes de nueva generación a personas con discapacidades y que sirvió para clausurar el curso de verano de la Universidad Politécnica de Cartagena sobre ‘Las nuevas tecnologías como factor de integración’.

Moreno describió los futuros servicios de telefonía móvil que se pondrán a disposición de las personas que poseen alguna discapacidad o impedimento para acceder a ellos. Las redes de nueva generación podrían estar a disposición de cualquier tipo de usuario en un plazo máximo de cinco años. La principal traba que debemos afrontar es aumentar la velocidad de megabites, una vez superada, el mundo de la tecnología móvil dará comienzo a una nueva etapa». «Este próximo periodo -continuó el director de la Fundación Vodafone- permitirá a los usuarios, no sólo descargar archivos, también podrán ‘subir’ y proporcionar a sus contactos los servicios que deseen, se podrán enviar grupos de fotos y videos a través de su teléfono móvil». Las venideras redes estarán dotadas de aplicaciones que facilitarán la vida cotidiana, sobre todo, a aquellas personas que poseen algún impedimento para moverse en su vida con normalidad.

«Nuestra Fundación, en colaboración con la ONCE, ha trabajado en un proyecto conjunto para que las personas con algún tipo de discapacidad establezcan una relación con el mundo que les rodea y aumenten su capacidad de percibir todo aquello que ocurre a su alrededor», resaltó.

«Estas mejoras posibilitarán, por ejemplo, que una persona que hable el lenguaje de signos los transmita a través de su teléfono móvil y éste lo traduzca, o viceversa», indicó.

Las innovaciones de telefonía también se adentran en el campo farmacéutico. «Una persona ciega que posea este tipo de aparatos móviles, cuando se sitúe delante de cualquier medicamento, dos códigos entrarán en contacto, el bidimensional y el de barras, y automáticamente su teléfono le retransmitirá toda la información que necesite saber acerca del fármaco. Este tipo de aplicaciones, en principio dirigidas a un sector de población, probablemente se contagien al resto de la sociedad, como ha ocurrido en otras situaciones», apuntó Moreno. «Ahora todo el mundo hace uso de los mensajes de voz, que fueron ideados para personas sin visión. Ocurre lo mismo con las rampas para acceder a cualquier edificio». «La tecnología da cada día otro paso adelante. Es impensable hasta dónde podremos llegar y por ello nuestra fundación se cimienta sobre esos avances, para facilitar la vida a las personas», concluyó.