Coincidiendo con la celebración del Día del Orgullo Gay, cuyo acto central tuvo lugar ayer en Madrid con la ya tradicional cabalgata por los barrios de Chueca y Fuencarral, el obispado de Alcalá de Henares publicó en su página web oficial (www.obispadoalcala.org) un polémico enlace en el que realiza reflexiones sobre la homosexualidad y que pretende ser una guía para ´curar´ a aquellos que sienten atracción sexual por las personas de su mismo sexo. El asunto no tendría la menor importancia para la Región de Murcia de no ser porque el titular de la diócesis madrileño es un viejo conocido de los murcianos: Juan Antonio Reig Plà, quien fuera obispo de la Diócesis de Cartagena entre 2005 y 2009.

Bajo el epígrafe ´Homosexualidad y esperanza´, la página web del obispado de Alcalá de Henares señala que «la comprensión e identificación de la orientación sexual de una persona puede cambiar en el transcurso de la vida; es posible la esperanza. Así pues, si alguna persona desea un cambio o evolución, o quiere formarse sobre este tema, desde el respeto a todos, informamos de los siguientes textos y recursos».

A continuación, da una serie de enlaces sobre citas bíblicas y artículos sobre el tema, no sin antes recomendar a los padres que «cuando adviertan en sus hijos, en edad infantil o en la adolescencia, alguna manifestación de tendencia o de comportamientos homosexuales, deben buscar la ayuda de personas expertas y calificadas para proporcionarle todo el apoyo posible».

No obstante, recuerda que, según el Catecismo de la Iglesia Católica, «los hombres y mujeres que experimentan una atracción sexual hacia personas del mismo sexo deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta».

Entre las citas bíblicas que se ofrecen en el enlace web para convertir a los gays en heterosexuales, destaca una del Génesis (19. 1-29) donde se habla de la destrucción de Sodoma debido a que sus habitantes mantenían relaciones homosexuales. También recomienda una carta de San Pablo a los Corintios en la que se afirma que «ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos, ni los ladrones, ni los avaros, ni los bebedores, ni los difamadores, ni los usurpadores heredarán el Reino de Dios».